Yokun: entrenar el sentido del olfato, en un objeto para ‘escuchar’ los aromas

Exploramos el mundo a través de nuestros sentidos, permitiéndonos percibir nuestro entorno. La piel nos conecta con las texturas, los sonidos nos guían, el sabor evoca experiencias, el olor despierta recuerdos, y, fundamentalmente, la visión emerge como nuestro poderoso mecanismo para comprender lo que sucede a nuestro alrededor.

En di-conexiones, hemos compartido proyectos que exploran directamente los sentidos, centrándonos especialmente en la audición y el olfato, aspectos a menudo menos explorados por el diseño en la comprensión del espacio sonoro y el paisaje de los olores. Así vimos la cámara de capturar olores Madeleine (2013) de la diseñadora Amy Radcliffe o el Dispositivo Directo de Estimulación Olfativa DOSD (2014), donde la artista Miriam Simun en colaboración Miriam Songster exploran experiencias olfativas de especies o alimentos que no estarán disponibles o no existirán. Más recientemente, otras notas como el Olfato: cuando el olor es el material del diseño (2017), con algunos asuntos relacionados con los olores o Sound in Design Studio: objetos que exploran el sonido funcional en la vida cotidiana (2022), un taller de diseño en Pratt Institute que dedicamos al uso de sonido como material.

Yokun es un un producto que hace que las personas tomen conciencia del sentido del olfato y utiliza un mecanismo para dar visibilidad a un olor. «Al sincronizar la fragancia invisible con burbujas de jabón emitidas desde el frasco, se anima a las personas a prestar atención a su sentido del olfato, del cual rara vez son conscientes en su vida diaria. Además, al destacar el acto de “oler”, el proyecto tiene como objetivo prevenir la disminución relacionada con la edad en el sentido del olfato que afectará a 15 millones de personas en Japón en 2040, cuando se espera que la población está envejeciendo».

Es crucial destacar que la pérdida del sentido del olfato ocurre de manera imperceptible, volviéndonos insensibles a olores inusuales. Esto implica la incapacidad de detectar amenazas como el humo o escapes de gas, y puede tener un impacto directo en la nutrición al no percibir el consumo excesivo o insuficiente de sal o azúcar. La disminución en la capacidad de percibir olores se conoce como hiposmia, lo que provoca una pérdida de sabor en los alimentos, disminuye el apetito y, en última instancia, afecta nuestra salud. La anosmia, por el contrario, es la total incapacidad para detectar olores. La hiposmia se puede prevenir mediante entrenamiento y este proyecto tiene sus fundamentos en esa idea. «Sorprendentemente, las células que controlan el olfato pueden regenerar sus funciones después de perderlas».

Yokun es un sistema de entrenamiento olfativo que busca potenciar la capacidad imaginativa al explorar la vida de los demás a través del intercambio de fragancias. Como en todas las prácticas, la clave radica en el deseo de participar activamente.

Se ha empleado el entrenamiento olfativo, desarrollado en Europa, como terapia para tratar los trastornos olfativos, donde se habla de «continuar recibiendo estimulación olfativa varias veces al día durante al menos tres meses para restaurar la función olfativa». Para el equipo de Yokun la costumbre de oler consciente y activamente se espera que prevenga la hiposmia. La propuesta es que las personas puedan «conectar las acciones inconscientes en nuestra vida diaria con acciones que no hacemos todos los días, pero que son agradables tener, y dar aliento para continuar acciones que son difíciles de hacer conscientemente todos los días».

El desarrollo de trabajos de investigación de esta naturaleza tiene un impacto inmediato en la comunicación de personas que viven lejos o separadas, pero fundamentalmente en la gigantesca población de adultos mayores en el planeta.

«Yokun pretende convertirse en una nueva forma de atención médica centrada en el sentido del olfato».

El proyecto fue presentado en la Salone Internazionale del Mobile de Milán en 2022 y recibió ese mismo año las distinciones Winner in Design for Society/Design for Elders, Winner in Design for Society/Design for Public Awareness en Premio Europeo de Diseño de Producto que organiza el grupo Farmani.

El texto hace referencia a un antecedente llamado Kodo, una forma artística japonesa única que se gestó al final del período Muromachi (1336–1573). En Kodo, se redefine la percepción de aromas, siendo más preciso decir que se “escucha” en lugar de “oler”. Hay estilo de Kodo en forma de juego sensorial que utiliza el Kumiko, los patrones tradicionales de tejidos de madera, para conectar fragancias con mensajes, una especie de comunicación a través de los aromas.

Información

Keio University Global Research Institute / Japón
Diseño: Kenji Fujii / Team Milan ski
Fotos: Yotaro Hirahara
www.yokun-ot.com

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