WWW vs. WW3

Lo que está afuera de nuestra mente, y que algunos llaman luz, realidad o verdad, afuera está. Lo cierto es que, uno, está siempre dentro, confinado en etéreo pensamiento, pretendiendo pertenecer a aquello que está afuera, e incluso, sobreponiendo lo que está afuera, a lo que está adentro. Cuando lo que creemos, que es, lo que está afuera, esa creencia siempre será un reflejo, una imagen, virtual, de la realidad que siempre permanecerá, adentro. Por lo tanto, siempre seremos prisioneros de nuestras mentes, pero, afortunadamente, somos libres en ella.

En esa búsqueda imposible de materializar nuestra apreciación de la realidad, con la pretensión de establecer una identidad con ella, surge el problema de la valoración o juicio, acerca de la coherencia de esa imagen que nos hacemos de la realidad, con respecto del esquema moral, ético y estético, impuesto por el orden civilizatorio en cada época histórica.

Sin embargo, esa realidad, de la cual queremos adueñarnos, la producimos cada uno de nosotros, en nuestra cotidianidad, siendo parte de ella. Cuando devienen cambios colectivos categóricos de la realidad, en esencia, sistémicos; por otra dinámica social distinta y capaz de producir y reproducir una realidad social, que legitime el nuevo orden civilizatorio, éstos cambios, siempre tienen su origen en el individuo, que ha comprendido su mundo, según su nivel de conciencia, moldeada a su vez por el momento histórico en el que nace y agota su existencia.

La manipulación de la población para su adecuación funcional a este orden civilizatorio, no es eterna. Si una persona y/o pueblo, entrega su libertad y evita pensar críticamente sobre ello, lo hace voluntariamente, aunque sea en forma inconsciente. Pero siempre habrá alguien, en algún lugar, que empezará a dudar y cambiar, irradiando sus certezas o otros y el “sistema” estará desprevenido para evitar su final agotamiento. Nacimiento y muerte, el ciclo de la vida.

En la actualidad, esa realidad que producimos con nuestra interacción social y natural, está comprometiendo el futuro de los seres humanos sobre el planeta. Hemos transgredido durante los últimos doscientos años, las leyes fundamentales que gobiernan las condiciones de equilibrio del medio físico natural. Hoy, nos encontramos con la enorme incertidumbre acerca de la factibilidad de poder revertir la situación, produciendo, con nuestra interacción social, una realidad direccionada hacia la recuperación del equilibrio de esos principios físico-naturales, mediante la aplicación de avances tecnológicos.

De acuerdo a la información mediática sobre estos temas, da la impresión de que la ecuación, HUMANIDAD + TECNOLOGÍA = EQUILIBRIO SOCIO-ECOSISTÉMICO, está tomando el camino voluntarista de una minoría, poderosa y con capacidad ejecutora a escala planetaria, de generar las condiciones que favorezcan una drástica reducción de la población humana en los próximos quince años. Si esta hipótesis acerca de nuestro futuro es cierta, entonces, es necesario que pensemos sobre lo todo esto puede significar para cada uno de nosotros, como individuos y como colectivo de individuos.

Pero lo más espeluznante de todo, es que, según parece, todo esto, acontece mientras la población humana del planeta parece estar sumida en un letargo pasivo que le impide tomar una actitud crítica y renovadora que tenga origen en la reflexión concertada sobre estos cruciales temas.

Hay sin duda otros caminos para recuperar la senda perdida en la búsqueda del equilibrio socio-sistémico con el medio físico-ambiental, diferentes a una terapia de shock impuesta por el minoritario poder económico mundial. Se trata de hallar una difusión eficiente de un mensaje transformador que trascienda lo virtual y se convierta en acción colectiva. Hoy contamos con los medios para hacer efectiva esa difusión, y el vehículo salvador de la humanidad está en la WWW y que de no avocarnos a esa tarea el vehículo impuesto será una WW3 de dimensiones insospechadas.

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