The High Line: intervención urbana o NY desde los rieles del tren
En una corta visita a la ciudad de New York pudimos visitar y recorrer una fantástica intervención urbana, hecha sobre los viejas rieles del tren, en la zona oeste de esa ciudad. The High Line es una estructura ferroviaria elevada de 2,4 kilómetros de largo en el lado oeste de Manhattan, construida en la década de 1930 como parte de una de las más grandes inversiones en infraestructura de transporte de New York: proyecto de mejoramiento del sector oeste (West Side). Hace más de 20 años que no funcionan trenes en esos rieles.
En 1999 se creó en esa zona de la ciudad una organización sin fines de lucro llamada, Amigos del High Line. Desde ese espacio de participación colectiva y se convocó a un concurso de ideas en 2003: Designing The High Line. 720 propuestas fueron recibidas de 36 países.
El equipo de diseño e implementación de la propuesta sobre The High Line es un trabajo liderado por la firma de arquitectura, paisajismo y diseño urbano James Corner Field Operations y la firma de arquitectura Diller Scofidio + Renfro. Con la participación de diseñadores de otras áreas, como el sistema de señalización desarrollado por Pentagram Inc.
Se trata de un paseo público, una caminería suspendida sobre la ciudad. En muchas ciudades del mundo hay líneas de tren que actualmente funcionan, como en la ciudad de Chicago, entre los edificios, elevadas.
The High Line es una intervención urbana honesta. Esto es, una propuesta que no pretende ser un espectáculo más de la ciudad, más allá de lo importante de un lugar público muy bien diseñado, con un alto nivel de acabados.
El tratamiento de gran parte de la superficie está hecha con una ‘película’ de madera ligeramente elevada, que va recorriendo cada centímetro de los rieles. Esta superficie va creando cada una de las funciones y prestaciones del mobiliario urbano del paseo.
Las superficies de diferentes materiales y texturas acompañan el acabado de madera. La intervención está respaldada por un proyecto de imagen y señalización sencillo y muy claro. Una propuesta visual que convierte The High Line en una marca de la ciudad, donde se crean situaciones para el disfrute, necesarias en los espacios públicos.
En uno de los extremos del paseo fue construido el Standard Hotel NYC, una construcción que literalmente ‘muerde’ la caminería y crea un espacio absolutamente urbano.
El rescate de espacios urbanos como este no son una novedad, lo importante es que se haga. The High Line fue inspirado en el Promenade Plantée de París, un espacio público también realizado sobre líneas de tren en desuso.
Información
The High Line / Friends of the High Line
www.thehighline.org
¡Tremendo!
Ojalá me tocara algún día participar de algo así en mi país.
¡Tremendo!
Ojalá pudiera participar alguna vez de algo así en mi país.
Hola!
Comparto la opnión de Jorge. Me ha gustado mucho!
Gracias.
Nacho! quebuen reporte. Me tocó particularmente, pues en 1980-82, en plena adolescencia ;), viví en los alrededores en Chelsea, y el entorno me es muy familiar. Como dices, el trabajo de Scofidio muy sincero, sin aspavientos y allí tal vez reside su éxito.
Me parece espectacular! El concepto, el desarrollo, los detalles, el nivel de acabado… Un saludo Ignacio!