Pigeon: la vuelta del monopatín en la ciudad
A casi 200 años de la invención de la bicicleta, aunque se conocen dibujos de bicicletas de Leonardo Da Vinci en su obra “Codez Atlanticus”, las soluciones en relación a la movilidad en las ciudades parece caminar hacia el bajo consumo, la ‘potabilidad’ y el transporte público. En la década de los cincuenta aparecen las primeras patinetas o versiones más contemporáneas de esta forma de deslizarse sobre una tabla con ruedas, que convirtieron en estrellas a un buen grupo de patinadores de California, especialmente el equipo de los Z-Boys que hacían maravillas en piscinas vacías.
Luego de la depresión en los años veinte en USA apareció el monopatín (scooter): una plataforma sobre rueda con una barra vertical para la dirección. El monopatín Skippy-Racer, diseñado en 1933 por John Rideout y Harold Van Doren para la American National Company en Toledo, Ohio, es probablemente el más famoso de los scooters. Una pieza de acero con formas aerodinámicas, de bajo costo y que forma parte de la colección del Minneapolis Institute of Art.
Con tanta historia en el diseño y fabricación de productos de tracción humana para la movilidad siempre será un motivo para conocer como los diseñadores abordan el tema, hasta que la gente pueda convertirlos en parte de su cotidianidad.
Pigeon (paloma) es un monopatín diseñado por el lituano Ignas Survila. Un producto que alcanzó la meta de financiación en su campaña de Kickstarter.
El prototipo del Pigeon está fabricado en acero, pero está diseñado para ser producido en aluminio y componentes de acero inoxidable.
Un movimiento con el pie hacia adelante permite que toda la pieza se colapse y pueda ser transportado, para su uso o en la red de distribución. Pigeon posee las ideas sencillas de la ‘plegablidad’ con el uso de la geometría.
En una comprensión sencilla del uso de los materiales, los puntos de contacto con la gente, el manubrio y la tabla, son propuestos en madera.
Recientemente hemos escuchado los acalorados debates sobre las competencias de los diseñadores en la actualidad. Agotadas discusiones sobre el rol de los profesionales del diseño en su participación activa en la sociedad, bien sea por el camino de la reflexión teórica o histórica, o en la práctica profesional. Este proyecto deja muy claro que los buenos proyectos necesitan simplemente que se hagan, que se tengan respuestas tridimensionales. Para esto es necesario la reconciliación con los procesos y los materiales, con la forma.
Información
Ignas Survila
www.behance.net/ignasurvila