Los objetos industriales: una experiencia estética desde el fetiche
Los objetos industriales forman parte de la vida cotidiana y de nuestra cultura, pueblan nuestro entorno y llenan cada espacio que habitamos: vehículos, libros, utensilios de cocina, muebles, envases, aparatos electrónicos, antigüedades, herramientas, entre otros, facilitan nuestra vida y marcan el sentido de nuestros actos. En el inabarcable e infinito río de los objetos contemporáneos nos movemos con naturalidad, y tal es la cercanía que tenemos con ellos que nos cuesta ver y entender completamente las relaciones que mantenemos con estos.
El hombre contemporáneo se ve afectado por el desarrollo de productos que han encontrado una senda de transformación marcada por la modernidad, y por ello podemos hablar de un registro progresivo de la producción destinada a satisfacer cada día las necesidades y deseos del hombre, que surgen de la dinámica social que incide en los patrones culturales y en la concepción del sentir por los objetos.
En casi todas las etapas por las que ha pasado el diseño de productos, los esfuerzos se han centrado en un discurso funcionalista; discurso que por mucho tiempo fue hegemónico, pero que poco a poco con el pasar de los años ha sido suplantado y desplazado lentamente por la preocupación del significado en los objetos y en la persuasión por medio de las promesas estéticas. Reconocer la importancia de la dimensión estética en los objetos es abrir un espacio para nuevas experiencias y para la contemplación dejándonos ver la belleza de los objetos no sólo por lo que ofrece en sí mismo, sino por las cualidades físicas, funcionales y culturales que puedan poseer y que van a incidir en los significados que le atribuimos cuando se traen al juego elementos perceptivos, psicológicos, sociales y emocionales.
La relación fetichista con los objetos contemporáneos como experiencia del sentir estético es una clave para entender la cultura de hoy. El termino fetiche, según el Diccionario de la Real Academia (2000), significa: «Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos». Por lo tanto, será la dinámica de la sociedad primitiva o avanzada la que le otorgará a los objetos un poder secreto y mágico, de ahí, la importancia de la relación del hombre con los objetos.
El fetichismo se presenta como uno de los tantos resultados de esta alianza entre los sentimientos y las cosas, no permite una única definición, es la fiel manifestación de un tipo de relación dada por el hombre con los objetos, en donde el hombre considera que ciertos objetos poseen poderes sobrenaturales, propiciando una relación de devoción hacia algunos objetos del mundo material. El objeto se apodera del alma de quien lo está utilizando, quedando dibujado en él su poder. Este término fetiche ha sido objeto de diversos estudios que han versado desde varias disciplinas: la arqueología, la religión, el arte, la psicología y la filosofía. Muchos trabajos han intentado despejar el concepto y han tratado de indagar en la complejidad del mismo. El fetiche en un objeto encierra cualidades particulares y mágicas, que trasciende los aspectos físicos.
El objeto desde esta perspectiva pierde su significado original para entrar en el lenguaje simbólico de las imágenes, sensaciones, emociones, pasiones, adquiriendo otro significado, que hace que alcance un sentido que se construye y se deconstruye, partiendo de la relación que el hombre crea con él.
La idea que fomenta esta relación hombre-objeto desde el fetiche se desliza entre elementos que fascinan a los sentidos para experimentar una noción que puede conducirlos por caminos no explorados en su totalidad. Actualmente, no nos podemos negar a advertir que el término fetiche conlleva a un entramado que reúne asociaciones y significados, que nos permiten una lectura de los objetos. Sin un sesgo de animadversión hacia este fenómeno podríamos examinar su alcance y vigencia para el hombre contemporáneo.
Entonces el fetiche desde nuestra perspectiva no se puede conceptualizar en una sóla definición, al contrario, el término nos lleva a una reflexión constante debido al poder sobrenatural que tiene para el individuo, quien está marcado por la fascinación, por la mentira, por el secreto y el poder.
En esta vida moderna el fetiche es una máscara, un disfraz, un todopoderoso flexible a la fantasía y a la imaginación del hombre, es el escudo perfecto para desenvolverse dentro de la tecnosfera con naturalidad, es el camino que la sociedad de consumo dibuja para hacernos creer que formamos parte de algo más.
Información
Carolina Pérez Puerta / Tesis -Posgrado Filosofía ULA
https://issuu.com/carolinaperezpuerta/docs/tesiscarolina