Las curvas del diseño: persistencia de la forma
Los aspectos formales de un producto son sus características más inmediatas, más próximas al primer contacto con el objeto. Un vehículo sólido de comunicación. En términos teóricos, esta superficie puede representar la posibilidad de entendimiento o la incompatibilidad explícita, entre la función de un producto y su forma. Una nueva tendencia tiene algún tiempo conduciendo el aspecto superficial de la forma de los productos y nuevamente, la topografía de los objetos de producción industrial tiene curvas en su contenido formal.
Probablemente, hemos escuchado la expresión formas aerodinámicas como calificativo de algún objeto en las voces utilizadas para describir las siluetas de carros veloces. Estas formas están ligadas a imágenes en movimiento, al vuelo. Por otro lado, las formas naturales que propician la fluidez de la materia con mayor efectividad dibujan una silueta reconocible en cualquier evento natural, formas provenientes del recorrido natural de los fluidos. La restricción física de un objeto en relación a los esfuerzos producidos por roce y su adaptación formal y estructural, están vinculadas a una velocidad superior a los 700 Km/h. Un sofá con formas aerodinámicas solamente se justificaría si circulara por el piso de un apartamento a 195 metros por segundo.
La primera persona que consideró los principios que realmente mantenían los objetos en el aire fue el científico británico George Cayley (1773-1857), quien imaginó artefactos voladores de alas fijas, colas con superficies controlables para permitir el giro y el frenado, y mecanismos de propulsión. Ya un tiempo atrás, Leonardo Da Vinci se había interesado por el vuelo de los murciélagos y Dédalo había escapado de su encierro en el laberinto, construyendo un bastidor al que adhirió plumas valiéndose de cera, para volar como las aves gracias al movimiento de los brazos. En algunas ilustraciones de historias de ficción de los años treinta y en los carteles de Alexander Rodchenko – considerado entre las principales figuras del constructivismo ruso – se percibe como la forma aerodinámica de un dirigible tiene características similares a las de una locomotora diseñada en esa década: abultamiento al frente y reducción gradual hacia atrás en forma de gota.
Así mismo, durante la década de los treinta, la empresa sueca Electrolux siguió la tendencia de los Estados Unidos de recurrir a la asesoría de diseñadores como Raymond Loewy y Carl Otto, y por supuesto el sueco Sixten Sason. Este último fue además responsable del característico aspecto de la Saab 96 y de las primeras cámaras Hasselblad y aportó un estilo limpio y aerodinámico a los productos de Electrolux, sobretodo a sus frigoríficos y aspiradoras. De la misma forma, en las locomotoras y objetos diseñados por Loewy, se nota una fuerte hacia el uso de formas que describen o anuncian movimiento. Específicamente, estas formas determinaron lo que años después fue considerado por muchos modernistas, el Styling o Streamline aplicado al diseño. A pesar del abuso en la aplicación de este estilo, el Streamline fue uno de los principios claves del diseño, utilizados por la primera generación de diseñadores industriales americanos. El diseño de su sacapuntas fue una estricta aplicación de las eficiencia aerodinámica y una falta de atención en la concepción de un objeto más funcional.
También podría ser mencionado el acentuado carácter en el uso de curvas del diseño del norte europeo y los países escandinavos en general. Sofisticadas piezas construidas en vidrio y madera representan una marca inconfundible en el diseño finlandés y danés.
Parece ser, que la forma óptima para describir un movimiento aerodinámico estaba conectada a una figura en forma de gota. Ahora bien, los efectos producidos por la aerodinámica como las grandes bajas de presión por el desplazamiento de masas de aire, de cuerpos sometidos a altas velocidades, tienen muy poco que ver con los objetos supuestamente aerodinámicos diseñados para permanecer inmóviles en la sala de un apartamento o dentro de una oficina en la agencia de un banco. La industria aeronáutica, con el desarrollo de naves cada vez más eficientes en su desempeño, es una de las pocas actividades donde los estudios aerodinámicos han tenido mayor autenticidad y al alcanzado un alto nivel de desarrollo.
Por su parte, en la construcción de vehículos automotor para uso urbano, parece mucho más obvio relacionar las formas aerodinámicas con el desarrollo de carrocerías que con una lámpara de mesa de noche. Sin embargo, el uso de siluetas aerodinámicas en vehículos que se desplazan a una velocidad no mayor a los 200 km/h, únicamente producen pequeñas ventajas en el ahorro de combustible y en la tracción durante el movimiento. Aún así, estas formas han sido el principal motivo para el actual diseño de carros.
Por otro lado, en la década de los ochenta y a comienzos de los noventa, cuando se calma un poco la discusión del post-moderno, aparecen en las Ferias Internacionales de Europa otros productos, principalmente muebles y lámparas, donde el concepto y el uso de las formas aerodinámicas crean una suerte de objetos aparentemente veloces. El Bólido (Bolidismo) es un estilo que reproduce el espíritu del Streamline aplicado. El diseñador italiano Massimo Iosa Ghini es uno de los principales impulsores de este movimiento, que una vez más recorre las superficies de los objetos.
A pesar de la utilización de curvas en el diseño de vehículos, se ha producido un cambio importante en las formas consideradas aerodinámicas. Actualmente los carros tienen su forma puntiaguda hacia adelante. El cambio probablemente responde a la ubicación de la máquina en la parte delantera y al desplazamiento de la cabina entre los ejes de transmisión. De cualquier manera, se ha modificado el contenido formal de un objeto bajo la misma concepción de diseño.
Construir las Curvas
Cuando en una reunión de proyecto, se debate en relación al aspecto final o a las soluciones constructivas de un edificio o de un objeto, el uso de curvas propone inmediatamente un esfuerzo mayor de su comprensión. La materialización de curvas en superficies, está directamente conectada con el cambio de las formas y de los procesos. Cuando se habla de curvas en el diseño suelen presentarse dos inconvenientes inmediatos: soluciones terminales y procesos constructivos. La nueva generación de productos, en categorías como electrodomésticos, equipos de sonido, equipos médicos, vehículos y hasta en la arquitectura, tienen una característica en común: siluetas alabeadas y terminaciones radiales.
Sobretodo los productos plásticos, poseen una condición especial en relación a sus aristas y remates. En estos, el recurso de las curvas en las matrices está conectado a un aspecto fundamental: el proceso de inyección en plástico produce un desgaste importante en los moldes, debido a la presión a que son sometidos, de aquí que evitar ángulos agudos en las piezas permite una mayor fluidez del material, lo que ocasiona un aumento razonable en el tiempo de vida de las matrices, triplicando en algunos casos, el tiempo de utilización.
Las modelizaciones sólidas y de superficies en ambientes virtuales, representan actualmente un instrumento fundamental para la generación y construcción de curvas. Los sistemas CAD (Computer Aided Design) pueden ser conectados directamente y en tiempo real a sistemas análogos de fabricación, posibilitando la construcción de superficies curvas con altos grados de precisión. Hoy día, la cara de los productos plásticos tiene formas redondeadas. La consideración con los usuarios en relación al carácter amigable de los productos, supera los límites de su comunicación y proponen una estética nueva, de la misma clase de productos. Esta puede ser otra de las razones, junto a la incorporación de la electrónica como motor invisible de las funciones de un objeto, para una reflexión a partir de los aspectos formales de un producto de diseño industrial.
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Publicado en la revista Logotipos en Junio de 2002.
Caracas, Venezuela.
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