Interdisciplinas: entrevista a la diseñadora venezolana Yolegmma Márquez

Hace algunos meses conversamos con la diseñadora venezolana Yolegmma Márquez quien fue invitada, como estudiante del Master de Diseño Industrial del Instituto de Tecnología de Rochester en Nueva York, Estados Unidos, a participar en mayo de 2016 en la Conferencia Europea del DMI de Amsterdam, un evento que organiza el prestigioso Instituto de Diseño y Gerencia de Boston.

La conocimos hace algunos años cuando fue Directora de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad de los Andes en Mérida, Venezuela. Su tránsito en el área de la comunicación visual, el diseño expositivo y finalmente en el diseño industrial, refuerzan las ideas de lo multidisciplinar en el campo del diseño. Yolegmma Márquez, residenciada actualmente en Argentina, nos comenta en esta entrevista sobre la Conferencia Europea del DMI, su experiencia en laboratorios de diseño dentro de espacios académicos. También le preguntamos sobre los proyectos que se realizan en el Master de Diseño Industrial que acababa de terminar en RIT y de sus impresiones sobre el compo del diseño industrial en Venezuela.

Sobre esta conferencia en Amsterdam y tus expectativas de participar

La Conferencia Europea del DMI (Design and Management Institute) es una de tres conferencias anuales que realiza la organización. Eventos destinados a gerentes de diseño y personas ligadas a gestión de empresas. Los miembros y ponentes representan empresas reconocidas con más de 10 años de experiencia y solidez. Este año por primera vez el instituto decidió agregar una mesa de discusión de estudiantes que llamaron: Projects & Perspectives from Award-Winning Students. Fui invitada como representante de Fulbright en una universidad estadounidense (RIT), por ser estudiante de diseño industrial ejerciendo el rol de manager de diseño en un grupo multidisciplinario en la universidad, por el rendimiento académico y por haber obtenido premios en concursos de diseño durante el periodo académico en RIT. Las otras estudiantes seleccionadas,  Mar Solé (España) y Lotje van der Kooij (Holanda), ambas estudiantes de la Maestría en Diseño Estratégico de la Universidad Tecnológica de Delft en Holanda, fueron seleccionadas igualmente por su rendimiento académico y porque sus pasantías y Tesis fueron reconocidas por su vinculación a las empresas KLM y BMW respectivamente. Durante nuestra participación cada estudiante contó con media hora para exponer proyectos relevantes y luego cada una dispuso quince minutos para responder preguntas de la audiencia.

Para mi participación hubo otros factores clave: trabajar con el profesor Dana Walcott, Coordinador del área de negocios del Studio 930 y quien facilitó mi encuentro con Karol Bilsen, presidente del DMI; la organización cubrió todo los gastos, algo completamente inusual y por lo cual estoy doblemente agradecida. Participar en esa conferencia ha sido una de las mejores experiencias profesionales que he tenido. Un oportunidad para hacer una valiosa red de contactos y recibir consejos de personas con un alto nivel profesional. Tener la oportunidad de conocer a los directores de diseño y algunos presidentes de empresas como 3M, Philips y KLM, entre muchas otras importantes empresas europeas, es algo que no tiene precio. Los ponentes presentaron las últimas campañas de comunicación, estrategias de mercadeo exitosas, libros que aún no han salido a la venta, proyectos recientes de diseño de marca de ciudades importantes. Además, en los talleres dictados por algunas de estas empresas, tuve el privilegio de compartir en equipo con algunos de estos gerentes. Mucha información y contenidos que aún estoy tratando de procesar.

Si en el proceso de diseño está lo multidisciplinario, ¿por qué los diseñadores se empeñan en trabajar solos?

En mi opinión eso responde a varios factores. El primero es que viene del modelo aprendido en las escuelas durante el pregrado. Se nos enseña a desarrollar habilidades técnicas de forma individual y la importancia de estar en una continua formación o entrenamiento. También, se nos exige desarrollar productos novedosos y esto genera un celo natural por el cuidado de las ideas, que finalmente es lo que a ese nivel podemos tener: buenas “ideas” o “conceptos de producto”. Por último, creo que el individualismo nos conecta con la parte más artística que tenemos los diseñadores: trabajar para nosotros, para nuestros egos, sueños y ambiciones. Esa postura frente al perfeccionismo, a algunos nos hace sentir que solo nosotros podemos acabar los detalles hasta donde sea posible. Por eso veo como natural esta precaución que muchos tienen al trabajar en equipo y que desaparece gradualmente con el tiempo y la experiencia.

¿Cuáles son tus impresiones de trabajar en espacios que operan como laboratorios dentro de una institución académica?

El caso del Studio 930 – Design and Innovation Consultancy de RIT, se trata de un grupo multidisciplinar enfocado en el diseño de productos para la salud de personas con condiciones especiales. Proyectos socialmente responsables que han sido explorados brevemente en una experiencia académico-empresarial llamada IdeaLab y que funciona como un evento organizado por el Simone Center for Student Innovation and Entrepreneurship del RIT, que ocurre una vez al año. El instituto invita a estudiantes y profesores a participar en esta especie de maratón de diseño de forma voluntaria. Allí instituciones del estado exponen problemas a la universidad, para que esta los use dentro de actividades académicas. Durante un fin de semana se trabaja,junto a miembros de las instituciones invitadas, para desarrollar ideas de potenciales soluciones a estos problemas.

Desde el 2014 se ha dado continuidad a los proyectos con más potencial dentro del Studio 930. Esto fue una iniciativa del director del Master en Diseño Industrial, el profesor Stan Rickel quien, junto al profesor Richard DeMartino Director del Centro de Innovación y Emprendimiento estudiantil del RIT, ofrecieron a un grupo de estudiantes de postgrado de diseño industrial, del que yo formaba parte.

En el caso del Studio 930, la universidad y los patrocinantes cubren los gastos de honorarios, costos de producción y prototipado, durante los tres meses que dura el entrenamiento. Lo mismo sucede en el IdeaLab, pero durante un fin de semana. En 2014 nuestro grupo estuvo conformado por 5 diseñadores industriales, dos ingenieros (eléctrico y mecánico) y dos tutores de diseño e ingeniería. En 2015 el Studio 930 se instaló en los talleres de la facultad de ingeniería de RIT. Al equipo de profesores se sumaron los profesores Daniel Phillips, Director del postgrado de Ingeniería Biomédica, Elizabeth De Bartolo, Directora del taller de diseño multidisciplinario de la facultad de ingeniería, y Dana Walcott, uno de los coordinadores del IdeaLab.  Trabajamos para instituciones como: ALSigl Community of Agencies, Mary Cariola Children’s Center, Rochester Regional Health y el Multiple Sclerosis Society, instituciones vinculadas al área de la salud de personas con discapacidades. Las empresas con las que nos involucramos están ubicadas en Rochester, Illinois y Miami,que por razones de confidencialidad solicitaron permanecer en anonimato.

En conjunto durante las experiencias de 2014 y 2015 desarrollamos 14 proyectos, algunos premiados en distintas competencias y para otros conseguimos inversionistas para continuar con su desarrollo. Otros se encuentran actualmente en fase de prueba con usuarios. Debido a la complejidad y los resultados, el postgrado de diseño industrial decidió crear una clase electiva para continuar con el desarrollo de proyectos complejos y sumar nuevos proyectos. Por primera vez en el instituto trabajamos en paralelo de forma interdisciplinar en tres escuelas distintas: diseño industrial, ingeniería y negocios, en ambos niveles pre y postgrado. Participé como docente, junto al Prof. Stan Rickel, para el área de diseño industrial.

En lo personal, ser estudiante y líder de un grupo multidisciplinar fue una experiencia de aprendizaje muy positiva. El reto más grande fue comprender las distintas metodologías de trabajo de las ramas de la ingeniería, negocios y diseño industrial y encontrar un equilibrio entre los objetivos curriculares de las escuelas y mantener el interés de los estudiantes en la investigación y el trabajo continuo. La dinámica de trabajo fue sinérgica. Trabajamos en equipos de tres a cuatro estudiantes, y cada equipo trabajó al menos en tres proyectos distintos. Una vez por semana cada equipo hacía una presentación de los avances al resto del equipo para recibir crítica y apoyo sobre el proceso. Los profesores coordinadores de las áreas, visitaban una vez por semana el grupo y cada semana recibíamos al menos una visita de alguna de las instituciones. Además del trabajo con proyectos, se organizaron sesiones de entrenamiento para los estudiantes y tuvimos como invitados a un especialista en CAD enviado por Autodesk, de negocios y de Sketching, con el objetivo de potenciar las habilidades técnicas de los estudiantes. Para mi gestión fue también muy importante contar con un asistente para el área logística e investigación, a cargo de hacer el seguimiento logístico de reuniones y visitas de los estudiantes a las instituciones y con los usuarios-pacientes. Como cierre de nuestra experiencia, el Studio 930, participó y ganó los tres primeros premios en la experiencia Effective Access Technology Conference and Product Design Competition de RIT, en noviembre de 2015. Un orgullo haber sido parte fundadora de este grupo.

¿Qué hay sobre el diseño y la innovación social en RIT?

Sostenibilidad y Diseño Social son parte de la agenda del programa del Master. Water Roll fue proyecto que se realizó dentro del Taller de Diseño durante el segundo semestre del programa de Master del RIT, como eje del curso. El instructor del Taller, el Prof. Dan Harel, propuso el tema: “Ducharse de una manera más ecológica y sustentable”. Dentro de ese marco temático los estudiantes elegimos un área de enfoque. Junto a Qunxi Huang de China, decidimos trabajar en la experiencia de “ducharse” en los campos de refugiados de África. Para efectos de investigación de usuario y contexto, a través de internet contactamos campos de refugiados en Kenia y pudimos realizar entrevistas a mujeres africanas estudiantes dentro de RIT.

Durante la investigación, descubrimos distintos problemas asociados al agua y el aseo personal. Nuestros objetivos fueron: resolver el problema del traslado de agua a estos refugios y facilitar el uso de esta agua en el contexto hogareño. La solución propuesta debía ser de bajo costo a nivel de producción y distribución, así como, bajo impacto medioambiental y con un importante aporte social. Este proyecto fue finalista en el concurso internacional IDEA 2014, reconocido en importantes páginas web de diseño y despertó el interés comercial de una empresa en Mongolia.

¿Cómo es el trabajo de Tesis en el Master RIT?

El proyecto de tesis está planteado para ser desarrollado en dos semestres. La metodología empleada es libre, porque se trata de un programa de postgrado. Durante los semestres anteriores se exploran metodologías de diseño diametralmente opuestas, que responden a las preferencias y áreas de especialización de los profesores. Al llegar al 2do. semestre podíamos, o escoger una de las metodologías aprendidas en el programa o  crear la propia, siempre que se mantuviera en los márgenes de este nivel de estudios y área. Para el tema de tesis, el Director del Master Stan Rickel, nos sugirió pensarlo desde el inicio del programa y fungió como principal asesor, dirigió todo el programa y pudo asesorarnos en el proceso.

Al culminar el 3er. semestre debíamos presentar toda la investigación y la propuesta conceptual del producto. El 4to. semestre estuvo dedicado a su producción. Como requisito de graduación se presenta un prototipo –a escala real de ser posible-, el libro de la tesis, una exposición pública del proceso frente a jurados y una exhibición pública del producto en la galería de diseño del Vignelli Center que pertenece al RIT. Los estudiantes tienen la opción de exponer en la galería de la facultad a mediados del 3er. semestre o esperar hasta el final del programa y hacer la exhibición pública en el marco del evento Imagine RIT, que es la feria anual de tecnología del instituto.

Para mi proyecto de Tesis, desarrollé un sistema de mobiliario llamado Common.

¿Qué proyecto estás haciendo ahora y que has pensado hacer en el corto y el mediano plazo?

En este momento me encuentro trabajando para dos ministerios públicos de Argentina, el de Salud Pública y el de Comunicación de la Provincia de Tucumán. Con el primero estamos desarrollando un proyecto que combina diseño gráfico, expositivo e industrial, una galería al aire libre. Con el segundo ministerio trabajo a medio tiempo como diseñadora gráfica formando parte de un equipo multidisciplinar de producción de contenidos gráficos y audiovisuales de toda la comunicación publicitaria del Estado.

En esta oficina generamos productos gráficos a contra reloj, que deben salir a producción diariamente y que tienen una caducidad casi inmediata en los medios. Es decir, una dinámica de trabajo completamente diferente a lo que estaba acostumbrada. Es un gran aprendizaje. A mediano y largo plazo pienso continuar con la docencia, investigación y producción en diseño industrial, ya sea de forma independiente o para una institución o empresa. Geográficamente debo permanecer en América Latina por dos años debido a mi condición de becaria Fulbright, así que mis esfuerzos estarán dirigidos a nuestra región latinoamericana principalmente.

¿Regresas a Venezuela?

Venezuela es mi país, lo amo y siempre volveré allí. Gente preparada hay y mucha, en todos los niveles y todas las áreas, así que no tengo la menor duda de que se desarrollarán muy buenas ideas. El país ya ha tocado fondo y ahora solo debería resurgir de forma natural. Abundan las necesidades a todo nivel, así que desde el punto de vista del diseño es una enorme fuente de inspiración para generar proyectos. En un contexto como el venezolano, una posible estrategia sería comenzar por considerar que Venezuela somos todos los venezolanos, los que estamos dentro y fuera de ella geográficamente. Que haya tanta gente muy preparada ocupando posiciones importantes en empresas e instituciones alrededor del mundo, nos da una ventaja competitiva como país. Se trata de personas a las que es posible contactar e involucrar en proyectos que ayuden al desarrollo del país.

Siento que no podemos esperar que el Estado se organice y cree las condiciones legales, económicas y humanas apropiadas o a que mágicamente aparezca ayuda internacional. Por el contrario, a distancia podríamos establecer vínculos para una colaboración nacional e internacional. En en eso tengo confianza y es a lo que he estado apuntando desde hace tiempo. Creo que tiene mucho futuro cualquier idea que involucre el diseño de servicios y el beneficio colectivo, la mejora de la calidad de vida.

En los Estados Unidos vi como el modelo de la empresa aliada con la universidad funcionaba bastante bien para el desarrollo de emprendimientos. En Venezuela tuve la experiencia del modelo universidad – comunidad. En la Universidad de Los Andes trabajamos con el “Servicio Comunitario”, una normativa que implica como requisito 120 horas de servicio a la comunidad que todo estudiante debe cumplir para poder graduarse y los profesores juegan el rol de asesores. Esto garantiza -a pequeña escala- la producción constante de proyectos con contenido significativo para la nación y la integración social. Las Tesis de Grado son una fuente inagotable de proyectos con altísimo potencial de ser desarrollados. Lo mismo aplica para los centros de investigación en todas las áreas con proyectos realizados por docentes.

Si hay mucha gente con capacidad de desarrollar grandes ideas, solo necesitamos que las condiciones del país sean adecuadas para ello. En este momento no podemos hablar de Venezuela como un país con condiciones normales, donde puedes pensar, proyectar y soñar con que todo fluya de forma natural hacia el progreso. El contexto es adverso, austero, absurdo y muchas veces peligroso, pero pese a esto la realidad es que hay que seguir adelante. Aún en las condiciones actuales conozco mucha gente que sigue emprendiendo dentro del país, que lucha y aguanta, porque existe la convicción de que en algún momento el contexto cambiará para bien y resurgirá el país. Debido a que la calidad de vida ha disminuido mucho en Venezuela, el diseño de servicios para la salud, alimentación y seguridad serían áreas en las que cualquier emprendimiento bien planeado podría prosperar.

Información

Yolegmma Márquez
Mérida, Venezuela.

Diseñadora, profesora y gerente de proyectos venezolana. Graduada como licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad de Los Andes, Venezuela, con Master en Diseño y Dirección de proyectos expositivos por ELISAVA, Barcelona España y Master in Fine Arts en Diseño Industrial por el Instituto de Tecnología de Rochester en Nueva York, Estados Unidos. Ha realizado trabajos en diseño gráfico, industrial y expositivo en Venezuela, España y Estados Unidos. Y. Márquez también ha hecho carrera docente en la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad de Los Andes y en el departamento de diseño industrial del Instituto de Tecnología de Rochester, NY. En RIT realizó investigación junto a los profesores Stan Rickel, Director del Master, y al profesor Alex Lobos, especialista en diseño industrial sustentable y actual Director del Programa de Maestría. En 2014 y 2015 Yolegmma ejerció el rol de Project Manager del Studio 930, consultora de diseño e innovación del RIT y es miembro de: fundación Fulbright – LASPAU, DMI Design and Management Institute y Autodesk Education Expert Network.

Yolegmma Márquez
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