Grip Car: el carrito de juguete del diseñador industrial danés Anders Hermansen para Teenage Engineering
Hay juguetes de juguetes. La empresa escandinava Teenage Engineering, reconocida por sus productos de diseño minimalista y especialmente por sus sintetizadores musicales como el modelo OP-1, sacó un juguete con una forma poco convencional. Se trata de un pequeño carro metálico que, la compañía escandinava con sede en Estocolmo y fundada en 2005, suma a una serie de objetos que ofrece en su portafolio.
El Grip Car es un pequeño auto de juguete (no tan pequeño) del diseñador danés Anders Hermansen, quien ha desarrollado proyectos para la empresa y para otras compañías en Europa como Bang & Olufsen de Dinamarca.
Este objeto es una representación emblemática de las soluciones formales que encontramos en la marca sueca. La forma es la síntesis de un automóvil en miniatura, pero como fabricado en una joyería. Un aparato que se vale de la inercia y utiliza el principio mecánico del efecto giroscópico, el invento del siglo XIX usado como herramienta para entender fenómenos de la física y la astronomía. El Grip Car es un auto con cuatro ruedas de goma suave, rodamientos de bolas (rolineras) y una mecánica que permite una rotación de 360° sin despegarse del suelo. El Grip Car es una máquina completamente analógica que se toma por el cuerpo principal para rodarlo y, por la anatomía los mecanismos, se producen inusuales movimientos circulares mientras avanza.
Un juguete de escritorio que reúne componentes resistentes hechos de aluminio 6063-TS, acero inoxidable, pesa casi un kilo, mide 25 x 19 x 8 cm. y lo hacen con acabados en rojo brillante, negro y aluminio mate. Por el precio (249 euros), este juguete es definitivamente un objeto para coleccionistas.
Con las ideas de crear objetos para promover la conversación y como una justificación para validar la presencia del storytelling o la importancia de las historias que se cuentan en las propuestas de diseño, este costoso y sofisticado juguete, definitivamente para adultos, es un juguete que navega en una conocida contradicción: juguetes para contemplar, no para jugar.
Lo anterior lo hemos constatado en textos publicados aquí en di-conexiones: algunos juguetes diseñados para contemplar, como la colección Woo Toys de los diseñadores checos Roman Vrtíška y Vladimír Žák, juguetes bien diseñados para aprender, como la colección Novel Hospital Toys de la diseñadora japonesa Hiraku Imamura que ayuda a los niños entender los procedimientos médicos que pudieran estar atravesando o sobre los valores del diseño escandinavo en el texto de Omar Guerra Alfonzo y Carolina Pérez Puerta, particularmente los juguetes diseñados por el estudio noruego Permafrost.
Información
Teenage Engineering
www.teenage.engineering/store
Anders Hermansen Design
www.andershermansendesign.com