Diseño y Cacao Venezolano: sobre el taller de Food Design en la Hacienda La Trinidad
En junio de 2024 y en el marco del Caracas Design Week 2024, se realizó el taller Sabores de Innovación: Diseño y Cacao Venezolano con la especialista en Food Design Elsa Yranzo, directora en Barcelona del Creative Food Studio, curadora, docente y próxima coordinadora del primer máster en Food Design del Basque Culinary Center.
Esta iniciativa multidisciplinaria y pionera en Venezuela fue posible gracias a la visión conjunta que se tejió entre la Hacienda La Trinidad Parque Cultural, Laboratorio Cacao de origen y di-conexiones, con la idea de explorar el potencial del cacao como fuente de inspiración atado a nuestra cultura junto a más de 40 creativos entre chef, diseñadores, chocolateros y artesanos.
El workshop, con una duración de seis días, comenzó con una jornada de charlas enfocada en una inmersión profunda sobre este emblemático fruto venezolano. Los cinco días siguientes se dedicaron al desarrollo de las propuestas y finalmente una presentación pública realizada por Elsa Yranzo en los espacios del Centro Cultural de Arte Moderno en La Castellana.
Grandes expertos y conocedores del cacao como José Vicente Franceschi y María Fernanda di Giacobbe abordaron su historia, la diversidad genética del cacao y sus conexiones desde la enorme experiencia que tienen en la elaboración del chocolate bean to bar. El fotógrafo Antonio Briceño compartió sus vivencias junto a diversas comunidades autóctonas de latino américa y los rituales asociados a este fruto ancestral. Ocarina Castillo, desde una perspectiva antropológica, habló de la tradición y la cultura del cacao en Venezuela; Charles Brewer Carias, naturalista y explorador, contó anécdotas de sus viajes y de su encuentro con el cacao silvestre.
También, la chef Elena Ibarra habló del carácter sensorial del cacao en la cocina y, junto al artista José Ángel Arbelaiz, presentaron sus bellísimos morteros tallados en piedra natural inspirados en formas ancestrales. Mientras que Andrea Matthies, directora de Corphus Menti, explicó el tratamiento de la chocolaterapia corporal y sus beneficios para la salud.
La doctora Isabel Chávez mostró el proyecto Catchup, un emprendimiento social que lleva adelante donde ofrece alimentos funcionales elaborados con cacao y otros productos naturales, para atender las deficiencias nutricionales de las poblaciones vulnerables.
Por mi parte, tuve la oportunidad, como diseñadora industrial, de compartir los hallazgos de una investigación que realicé durante mi visita a una plantación de cacao. Durante dicha visita, observé de cerca los métodos y procesos de producción. Además, presenté los objetos y herramientas empleados por los cacaocultores, lo que me permitió establecer un vínculo práctico con la realidad del trabajo en el campo.
Elsa Yranzo diseñó un espacio seguro y estimulante para que los participantes exploraran su creatividad de forma libre y espontánea. Divididos en cuatro grupos, la experta en Food Design, lejos de imponer una metodología rígida, se convirtió en una facilitadora, acompañando a cada grupo en su proceso creativo y fomentando la colaboración entre todos.
La diversidad de conocimientos de los participantes se puso de manifiesto desde el primer día al demostrar que el cacao venezolano es mucho más que un simple ingrediente. La alegría, la curiosidad y la pasión se respiraban en cada rincón del Parque Cultural Hacienda la Trinidad, convirtiendo el taller en una experiencia inolvidable. Los equipos se agruparon así: Transmisión cultural, Objetos, Rituales y Otros Usos.
Grupo 1 Transmisión cultural
Este grupo argumentó en su investigación que a pesar de que el cacao está íntimamente ligado a nuestra cultura, existe un gran desconocimiento de su valor. Así, propusieron tres campos de estudio: 1) Historia e identidad, 2) Características y usos y 3) Apropiación cultural; y decidieron compartir este conocimiento a través de una experiencia inmersiva.
La experiencia comenzó con un viaje sensorial que invitaba a los visitantes a reconectar con sus raíces. Al untar manteca de cacao en sus manos, los participantes experimentaban la suavidad y el aroma característico de este fruto ancestral. El crujir de las hojas de cacao bajo los pies al adentrarse en un espacio oscuro y envolvente, creaba una atmósfera misteriosa y evocadora de los campos cacaoteros.
En la sala expositiva, un mapa revelaba el origen del cacao y tres espejos. Cada uno representando un tipo de cacao, invitaban a una profunda reflexión sobre nuestra identidad. «¿Seremos Criollos? ¿Forasteros? ¿Trinitarios?», resonaban en la mente de los visitantes al verse reflejados en ellos, generando un diálogo íntimo con su propia historia, de pequeñas mazorcas de cacao colgadas a la pared, se desplegaban pergaminos de información que explicaban las propiedades del cacao y otras curiosidades.
Los aromas de sarrapia, naranja, canela y papelón suspendidos en tubos de ensayo estimulaban el olfato y conectaban con recuerdos de la infancia, una representación del árbol de la vida con las raíces entrelazadas y hojas comestibles de aroma a cacao representaban la unión mestiza de nuestro ADN. El recorrido culminaba con una degustación de licor de Copoazú, fruto pariente del cacao y la entrega de un collar elaborado con semillas de cacao y medallón de suspiro de chocolate, símbolo tangible de esta experiencia transformadora.
Participantes
Miguel Alfonzo – Chef
Adrian Andrés – Chef
Mariana Carrillo – Diseño
Victoria Fernández – Chef
Helena Ibarra – Chef
Osmel Landaeta – Chef
Gianny López – Diseño
Jesús Martínez – Chef / Chocolatero
Liliana Martínez – Fotógrafa / Comunicadora
Sofía Morales – Chef
Anita Reyna – Diseño / Arte
Grupo 2 Objetos
Este grupo se sumergió en las herramientas vinculadas a las prácticas de los cacaocultores y en alternativas para mantener la estabilidad de las cáscaras de las totumas o taparas en superficies planas al ser usadas como contenedores de la bebida del cacao.
Para mejorar las condiciones y desempeño del trabajo del cacaocultor(a) y en línea con la investigación del trabajo de campo, el equipo contó con la experiencia directa de un integrante del grupo cuyo abuelo fue trabajador cacaotero. Así, se plantearon atender y resolver 3 desafíos claves de la cadena de producción:
1) El problema de la carga del fruto del cacao al momento de la cosecha y su excesivo peso para la espalda de quien las cosecha.
2) El conservar intactas las semillas del cacao al partir y abrir en dos partes el fruto evitando el uso del machete.
3) El cuidar los dedos de los cacaocultores al desgranar las semillas del cacao debido al efecto abrasivo que produce el ácido de su mucílago, conservando adherido al fruto la vena central o yuyo.
Idearon y generaron prototipos desde el primer día. Para resolver la carga de la cosecha y su peso para el cacaocultor, co-diseñaron junto a Elsa, en una sesión de tormenta de ideas, un traje de diseño especulativo y lúdico al que llamaron Cacaoman. El trabajador cacaotero llevaría una braga industrial con mallas elásticas tejidas a él para colocar en ellas cada fruto cosechado hasta cubrir su cuerpo de manera uniforme.
Para preservar las semillas del cacao al partirlas, extraer sus semillas y evitar el riego de lesiones en la piel, se diseñaron varias herramientas ergonómicas y eficientes.
Dos de ellas, se diseñaron para extraer las semillas del cacao a través del aprovechamiento de la morfología y resistencia propias de las cáscaras del fruto del caobo y de la tapara. Esta herramienta puede realizarse fácilmente por los cacaocultores con mínimos recursos técnicos y desde su propio entorno natural.
Las otras herramientas diseñadas fueron realizadas para cumplir una doble función, uno de sus extremos permite partir la mazorca del cacao sin perjudicar a sus semillas y el otro extremo permite el extraerlas, estos prototipos fueron realizados en arcilla para luego ser replicados en maderas duras como el Roble o el Pardillo. Su nombre onomatopéyico Tacata se inspiró en la secuencia rítmica de esta labor y en referencia al sonar de los tambores de las festividades de San Juan que se llevan a cabo en las vísperas de la cosecha del cacao.
Los contenedores para las cáscaras de taparas se diseñaron y se hicieron en las máquinas 3D disponibles en el taller. Se exploraron 3 prototipos: el primero dialogaba entre el mecanismo de una grúa de construcción y el factor natural del propio material orgánico de la tapara; el segundo se hizo con forma de corona y la tapara queda sobre ella como en un trono; y el tercer prototipo, fue una base que se adaptaba a los diversos tamaños y diámetros de la cáscara del fruto.
Todas las cáscaras de tapara que se usaron para los distintos prototipos fueron un regalo de la siembra del jardín tropical de la Hacienda la Trinidad. El grupo aprovechó en su totalidad este fruto y el día de la presentación final ofrecieron, bajo el espíritu del Food Design, una original, rica y exótica mermelada de tapara.
Participantes
Isabel Cisneros / Arte
Yaritza Molina / Artesanía
Ivoly Noguera / Diseño
Verónica Petersen / Arte
Julio Loaiza / Artesanía
Carlos Martínez / Chef
María Teresa del Castillo / Diseño
Raúl Ramírez / Chocolatero
Armando Velutini / Diseño
Luis Landín / Tecnología 3D
Grupo 3 / Rituales
El grupo de rituales indagó en las profundas conexiones emocionales que los venezolanos establecen con el chocolate; su ancestralidad, las tradiciones, los recuerdos de la infancia, el acto de compartirlo con los seres queridos que se encuentran en tierras lejanas entre muchos otros y decidieron instaurar la memoria del cacao a través de la representación performática y vivencial de un acto ritual en el que integraron, en cada elemento, nuestro sentido de arraigo y unidad.
Así mismo, materializaron estas emociones en un corazón con la forma del fruto del cacao realizado en arcilla que albergaba en su interior pequeños chocolates en forma de corazón envueltos como caramelos, evocando las tradicionales piñatas de barro. Además, incluyeron un código QR impreso en 3D, como una ventana digital hacia un mundo de recuerdos: al escanearlo, un video se activaba mostrando imágenes, anécdotas y festividades relacionadas con el cacao.
El día del performance, junto al sonido suave de los tambores, las maracas y el arpa de boca apareció la figura del chaman con su rostro cubierto por una máscara en forma de mazorca de cacao tejida en fibras vegetales, y para dar inicio al rito, una mujer chamana coloca en su cuello collares con medallones de chocolate.
Entre cantos, tomó con sus dos manos el corazón de arcilla como pulsión de vida de la cultura ancestral venezolana y se desplazó hasta el altar. Allí, dos compañeras con taparas llenas de chocolate líquido marcaron el rostro de quienes participaban en el ritual y acompasados en el movimiento de sus cuerpos representaban cada faena de los trabajadores y trabajadoras del campo del caco en sus diferentes roles.
El chaman, sobre un saco de yute, rompió el corazón de barro y de él salieron los pequeños corazones de chocolate, que fueron repartidos a todos quienes estaban presentes mientras sus rostros también iban siendo dibujados de chocolate. El código QR impreso en la barra de chocolate activó el video y los tambores con fuerza empezaron a sonar.
Participantes
Larissa Hernández – Periodista
Elisabetta Balasso – Artista visual
Misael Carpio – Performer
Carlos Sandoval – Productor culinario
Blanca Haddad – Artista / Poeta
Nora Muñoz – Cocinera
Florencia Rondón – Pastelera
Emily Burgos – Comunicadora Social / Cocinera
Enrique Rodríguez – Cocuyero
Grupo 4 / Otros usos
Este grupo revolucionó la forma de ver el cacao, demostrando que cada parte de este fruto tiene un valor incalculable. Así,generaron propuestas que iban desde experiencias terapéuticas como introducir los pies en su cascarilla y almohadillas anti escaras. También, la creación de productos innovadores como papel ecológico e ingredientes derivados del fruto que son originalmente descartados pero que contienen un alto valor nutricional.
Realizaron una amplia investigación en torno al fruto del cacao y en un televisor proyectaron estos hallazgos, en una larga mesa bellamente decorada dieron a probar los chocomitos unas gomitas sensoriales afrodisíacas en forma de mazorcas de cacao, elaboradas con la infusión de su cascarilla y pectinas naturales, su textura suave y elástica, combinada con una explosión de sabores cítricos y florales, deleitaba los sentidos.
Presentaron la idea de un alimento biodinámico a base de harina de cascarilla, cáscara y polvo de cacao, harina de pira y harina de chachafruto, al que llamaron machacao que, junto a un recetario, constituyen una alternativa nutritiva y deliciosa que rescata alimentos ancestrales y sabores olvidados.
«En el albor de la tierra donde el sol besa a la montaña y las raíces se entrelazan en un abrazo con el alma, nace Machacao, elixir de vida, polvo ancestral, mezcla sagrada de cacao, amaranto, chachafruto, un ritual».
Participantes
Valentina Álvarez – Diseñadora
Eduardo Olivar – Artista visual
Eddy Chacón – Artista plástico – Empresaria de cacao
Ana Mercedes Carvallo – Artista / Ceramista
Bárbara Molina – Estudiante Chef
Mikel Zuloaga – Diseñador
Julio Osorio – Fotógrafo
Isabella Centofanti – Estudiante Chef
Gabi Rangel – Diseño / Empresaria de cacao
Ana Mercedes Reyes Ávila – Investigadora / Artesana del cacao / Asesora en alimentación
Conferencia de Elsa
Como parte de la programación, Elsa Yranzo presentó algunos de sus proyectos en los espacios del Centro Cultural de Arte Moderno. Algunos de ellos fueron realizados para empresas, mientras que en otros invierte sus propios recursos. Todos abordan temáticas muy interesantes, que pueden explorar en mayor detalle en su página web.
Sobre el Food Design, resumió en una de sus láminas:
«El Food Design es una disciplina creativa, cultural, global, transversal, holística y multidisciplinar que conecta los mundos del diseño y la gastronomía con el objetivo de satisfacer las necesidades humanas y mejorar la relación que mantenemos los humanos con los alimentos para así conectarnos mejor con nuestros cuerpos, gustos y salud, con el medio ambiente, con la cultura y con el entorno y construir un nuevo ecosistema más justo, sostenible, ético y bello».
El Cierre
El cierre del workshop fue un momento de celebración para todos quienes asistieron, con el rostro pintado de chocolate y al ritmo de los tambores y cantos del grupo de mujeres OBINI, Elsa Yranzo, dirigió unas palabras muy emotivas a los 40 participantes del taller en las que sintetizó la esencia de lo vivido:
«Fuimos almas libres que en movimiento ejerciendo nuestras habilidades y dones creamos en conjunto, algo único y poderoso. Más allá del ejercicio creativo de diseño del Food Design o el Food Art, hemos hecho el mayor de los rituales y actos psico-mágicos que podemos lanzarle al universo, una obra colectiva, con un alto nivel de consciencia que es lo que hace a las personas libres y felices».
Información
Elsa Yranzo
www.elsayranzo.com
Hacienda La Trinidad Parque Cultural
www.haciendalatrinidad.org
Laboratorio Cacao de origen
www.cacaodeorigenvenezuela.com
di-conexiones
www.di-conexiones.com