Diseño para el deporte: las máquinas del diseñador boricua Andrés Salas

Detalle del Mountain Rider.

Hace dos semanas estuvimos en Puerto Rico como parte de un proyecto de colaboración entre la EAPD – Escuela de Arte y Diseño de Puerto Rico y Pratt Institute. En esta tercera edición del Taller de Diseño colaborativo y remoto Artifacts for Tourism, dedicada en esta oportunidad al diseño de objetos para el turismo, tuvimos una intensa semana de inmersión en la cultura de esa isla del Caribe y las dinámicas de ese sector que mueven buena parte de la economía del país. Un taller que hemos concebido y ejecutado junto al Director de la Escuela de Diseño Industrial de la EAPD, el arquitecto y diseñador Vladimir García B. y estudiantes y docentes de ambas instituciones.

Durante el encuentro conocimos el trabajo del diseñador puertorriqueño Andrés Salas, con quien tuvimos el placer de conversar sobre el diseño de productos para deportes extremos y su experiencia en el desarrollo de estas fantásticas máquinas que exploran el movimiento en espacios abiertos.

Nos interesa, además de la ejecución y construcción de prototipos como parte del proceso de diseño, ese espacio entre el diseño y la ingeniería donde el uso y la interacción con las personas ayuda a poner en valor el trabajo de los diseñadores industriales, en paralelo a las fascinantes narrativas que provienen de la ingeniería.

¿Cómo surgió esta idea de trabajar en productos para deportes extremos?

Viviendo en una isla caribeña, el contacto con las fuerzas de la naturaleza es siempre una constante. El movimiento del mar, la energía del viento y la fuerza de gravedad sentida en las montañas, dieron paso a una infancia creativa en busca de diversión y entretenimiento al aire libre. Experiencias como la de atar una soga elevada entre dos árboles distanciados en un declive y lanzarme colina abajo sujetado de un arnés, generaron las sensaciones de euforia y adrenalina que desde entonces persigo en la creación de diversos vehículos. En la adolescencia, conocí las virtudes del viento con la práctica de la navegación a vela, me cuestionaba continuamente, por qué se limitaba al ámbito acuático sin desarrollar su potencial en entornos terrestres. Comencé a explorar diversos conceptos como autodidacta que me permitieran conocer las fuerzas de ese entorno, despertando el interés por los materiales, la fabricación y los mecanismos. Con la práctica y la experimentación, comprendí que para realizar todo lo que pudiera imaginarme en la calibrada la relación entre el ser humano, las características del vehículo, las fuerzas de propulsión y las cualidades del territorio, la clave era el diseño.

Wing Skate sobre hielo.
Detalle del Wing Skate.

Tienes proyectos de vehículos propulsados por el viento y por la gravedad, ¿con cuáles comenzaste?

Mi interés por los vehículos propulsados por el viento comenzó al tranferirme a University of Michigan para estudiar Diseño Industrial y metalurgia. Allí me encontré lejos de la navegación acuática, pero me topé con los ‘los océanos de asfalto y concreto’, disponibles en las noches, cortesía de los extensos estacionamientos de comercios fuera de horas laborables. Con los excelentes talleres de la universidad disponibles, me vi como niño en tienda de juguetes y me puse a desarrollar vehículos de navegación a vela terrestre para estos entornos urbanos. Comencé explorando diversas configuraciones bajo el concepto de la patineta, utilizando velas de windsurfing. Prototipo tras prototipo, algunos de madera y otros de aluminio, fueron evolucionando hasta convertirse en sofisticados instrumentos de alto rendimiento. Esta tipología la llamó Wing Skate o WXK8. Los más avanzados cuentan con seis ruedas y tres ejes calibrados con los radios de viraje para contrarrestar las fuerzas centrífugas en alta velocidad. Al llegar el invierno, continúe experimentando y desarrollé navajas en sustitución de las ruedas para navegar los lagos congelados. Más adelante, desarrollé tablas de epoxi, carbón y kevlar para navegar en la nieve.

En tiempos recientes, el calentamiento global ha provisto nuevas regiones con las cualidades para la navegación terrestre como consecuencia de las sequías, la evaporación de lagos y la expansión de las zonas desérticas. Navegar estos territorios requiere un vehículo de mayor magnitud dado los tiempos de travesía durante largas distancias y las velocidades que se generan en estas vastas extensiones de terreno. Para estas condiciones he desarrollado el Wing Dragon, un vehículo de tres ruedas con el piloto dentro de un fuselaje de fibra de carbón y sentado en posición reclinada. Para negociar los terrenos, su altura desde el suelo es ajustable y tiene suspensión en los ejes traseros. Está fabricado con una estructura de aluminio anodizado 6061-T6, cuenta con ruedas de avión y frenos hidráulicos. Su potencial de velocidad es de cuatro veces la velocidad del viento. En altas velocidades la vela se comporta como un ala vertical y utiliza los principios de la aerodinámica en vuelo aéreo. Este vehículo es desmontable para su fácil traslado.

Vista del Wing Dragon.
Detalle del Wing Dragon.

¿Estos aparatos son iniciativas propias o has tenido algún encargo?

Los vehículos propulsados por el viento son de Iniciativa propia, sin embargo, los propulsados por la fuerza de gravedad, surgen de las conversaciones con mi amigo y empresario Mark Falanga, quien conoce mi pasión por el diseño de vehículos recreativos de propulsión alternativa. Mark, quien practica el snowboard, me comenta que entre las industrias impactadas por el calentamiento global, se encuentran los Ski Resorts. Estos han sufrido una reducción progresiva en volumen de nieve, limitando sus días de operación durante la alta temporada. La disminución de sus ingresos económicos los ha llevado a buscar nuevas actividades recreativas para ofrecer en sus terrenos. Bajo esta premisa, surge el desarrollo del Mountain Rider, una nueva tipología de vehículo recreativo con ruedas, propulsado por la gravedad como equivalente del snowboard y para el uso en territorios y temporadas no invernales. El Mountain Rider está patentado y cuenta con un sistema de suspensión y frenos controlados por un dispositivo manual. La dirección se controla articulando el chasis con una interfaz intuitiva y movimientos naturales del cuerpo, como en el snowboarding y el surfing donde se contrarrestan las fuerzas centrífugas en los virajes. El Mountain Rider funciona como una extensión del cuerpo, a manera de prótesis, donde hombre y máquina se funden.

El Mountain Rider es un producto que revitaliza el potencial económico de manera multisectorial. Le permite a los Ski Resorts ofrecer el equivalente de una de sus actividades recreativas mas populares durante todo el año, generándoles ingresos económicos continuos y brindando a los entusiastas de esta actividad una práctica que se interrumpía por las pausas de primavera, verano y otoño. También, le permite a los albergues regionales que apoyan esta industria, operar todo el año y no solamente en temporadas, aumentado el valor de las propiedades. Los negocios de venta de equipo en este sector amplían su oferta de productos y operan sin las limitaciones de ventas de temporada.

Coméntanos un poco de tu proceso de diseño y que has aprendido en el trabajo con estos vehículos

Aunque algunas ideas llegan como un relámpago de procedencia indescifrable, mi proceso regularmente comienza con ideas desde la experimentación. Usualmente emprendo el trayecto de la autopolinización, donde la evolución del proyecto en curso se nutre de las experiencias cultivadas en proyectos previos. En ocasiones, el resultado final de un proyecto se convierte en el punto de partida del próximo. Con la intuición estratégica, genero bocetos rápidos para documentar la ruta evolutiva del concepto y para mirar el progreso realizo modelos rápidos de papel y cartón. Procuro siempre desarrollar el proyecto de manera tridimensional para optimizar sus cualidades funcionales y revisar sus aspectos estructurales. Los modelos permiten identificar y evaluar los vectores de fuerza que interactúan y rigen la estructura. Como composición de vectores en el espacio, cada vector tiene su función y sus características propias. Desarrollo dibujos en AutoCAD y modelos de tamaño real para producir las formas finales en base a los procesos de fabricación de los materiales propuestos. En ocasiones, los diseños retan la capacidad de los materiales y las técnicas de fabricación, por lo que es prudente realizar pruebas, fabricando detalles y condiciones para corroborar su viabilidad, previo a la fabricación final.

Hay objetos para ser observados y objetos con funciones de uso cotidiano. Estos proyectos habitan en ambientes controlados y usualmente la relación con su entorno se limita a la interacción breve con el usuario y el balance de su peso estático. Los vehículos recreativos de propulsión alternativa pertenecen a una categoría singular. Están sujetos a fuerzas extremas como la aceleración, la velocidad y la fuerza centrífuga con materiales expuestos a temperaturas que van desde la congelación invernal hasta el calor desértico. Sus estructuras y mecanismos son sometidos a la interacción de quienes los operan en una continua variante de terrenos impredecibles. Diseñar para esta complejidad, requiere de un proceso invertido en el desarrollo de los diseños, donde el control sobre el proyecto pasa de manos del diseñador a manos del proyecto. Estos vehículos demandan su trato e imponen sus necesidades y distanciarse de sus reclamos puede tener consecuencias trágicas en su uso.

En muchos de tus proyectos hay una visible complejidad técnica, ¿Cómo han sido los trabajos con profesionales de la ingeniería?

Previo a mis estudios de diseño industrial, estudié tres años de ingeniería mecánica en mi deseo inicial de ser arquitecto naval. En mis proyectos procuro atender todos los aspectos de la ingeniería de manera personal para controlar la continua conversación entre la forma y la función. Como piloto de prueba y usuario de mis vehículos, he desarrollado una relación muy íntima con los vectores de fuerza que gobiernan las formas de mis diseños, dadas las funciones que requiero en sus componentes. Mi concepto de ingeniería está basado en la práctica y la experimentación. Aunque me he lastimado muchas coyunturas y me he fracturado varios huesos, es relevante ser piloto de pruebas de mis vehículos. La retroalimentación que recibo bajo mi perspectiva de diseñador y los datos que recopilo como usuario, son fundamentales para la continua progresión y la consecuente trascendencia de los prototipos subsiguientes.

Pruebas con el modelo Mountain Rider.

¿Tienes patentes registradas? Cuéntanos un poco como los diseñadores trabajan con las patentes

Estos vehículos recreativos de propulsión alternativa cuentan con patentes de diseño y patentes de utilidad, según sus características de forma y funcionalidad. Las patentes ofrecen diversos niveles de protección según el tipo de producto y los planes de comercialización. Para radicar una patente efectiva, se recomienda que el diseñador cuente con el apoyo técnico de profesionales. Las patentes pueden tener vigencia en países individuales o regiones. La formulación de las patentes conlleva un proceso riguroso de documentación técnica que incluye dibujos particulares, descripciones en lenguaje legal y la traducción de la documentación en diversos idiomas. La adjudicación de patentes puede tardar muchos meses porque necesita una investigación de patentes registradas para evitar conflictos de propiedad intelectual.

La patente del Mountain Rider se llama Snowboard Simulation Device y protege múltiples aspectos de su apariencia formal, su funcionalidad técnica y sus mecanismos combinados. Algunos de estos vehículos cuentan con patentes que otras compañías incorporan como parte de sus productos bajo el concepto de licensing. Este modelo de negocio alternativo, capitaliza sobre los esfuerzos invertidos en proyectos previos, multiplicando y diversificando el alcance de la propiedad intelectual. El capital generado puede reinvertirse para financiar futuros proyectos cuyos elementos patentables, pueden consecuentemente entrar al mercado del licensing en un continuo círculo de desarrollo y autofinanciamiento que crea un modelo de negocio autosostenible.

¿En qué proyectos estás trabajando y qué planes tienes para el futuro?

Estoy moviendo una nueva tipología, mientras continúo la evolución de otras previas. Combinando las cualidades del Mountain Rider y las del Wing Skate, nace una nueva tipología para la navegación a vela de tipo ‘todo terreno’, que tendrá ruedas de mayor diámetro, control de viraje con chasis articulado y un sistema de suspensión para ampliar la variedad de terrenos en que puede utilizarse.

El Wing Skate continúa su evolución como vehículo para pavimento plano con manejo de alta precisión. Ahora cuenta con un sistema de suspensión especializado que entra en función solo en los virajes, para tomar curvas de menor radio a mayor velocidad y con mayor tracción. Estoy desarrollando el modelo de deporte de tipo evento que contará con varias modalidades, como la carrera de curso con marcadores de ruta y el evento de Free Style, donde el competidor combinará su estilo personal con acrobacias en el manejo del vehículo y la vela.

El Wing Dragon también continúa su desarrollo como un vehículo más compacto con una nueva configuración de estructura, donde las sogas y cables de los sistemas de control para el manejo direccional y la operación de la vela estarán dentro de los tubos. Para aumentar su eficiencia de propulsión, estoy desarrollando un nuevo concepto de vela con principios de la aeronáutica. Distinto a las velas con base de mástil fijo, ésta tendrá una configuración variable que permite el ajuste de relación entre el centro de esfuerzo de la vela y el centro de resistencia lateral del vehículo durante la navegación. Este concepto permite mayor eficiencia al navegar con el viento aparente, resultando en mayor velocidad y mejor estabilidad en la experiencia de la travesía. El vehículo será desmontable y de empaque compacto. Las innovaciones planteadas para este vehículo representan uno de los mayores retos que me he propuesto.

[imágenes cortesía de Andrés Salas]

Información

Andrés Salas
San Juan, Puerto Rico 1964.

Comienza sus estudios formales en ingeniería y arquitectura en la Universidad de Puerto Rico, trasladándose luego a la Universidad de Michigan en Estados Unidos para especializarse en las disciplinas de arte, orfebrería y diseño industrial. En 1987, regresa a la isla para trabajar en el Concilio de Diseño de Puerto Rico diseñando muebles y productos para la industria local y fue becado en 1989 por la Administración de Fomento Económico de Puerto Rico para estudiar su maestría en diseño industrial y diseño de muebles en la Domus Academy en Milán, Italia.

Fue contratado como diseñador senior en el estudio del arquitecto italiano Andrea Branzi con quien diseña mobiliario, interiores, exhibiciones y productos como la tetera “Mama’O” para Alessi y la silla “Revers” para Cassina. En colaboración con el estudio Andrea Branzi y el Centro Pompidou de Paris, diseña la exhibición itinerante “Neues Europaisches Design”, presentada en Paris, Düsseldorf, Barcelona y Milán. Trabaja con arquitecta italiana Anna Castelli Ferrieri en la ACF Officina, diseñando productos para Sambonet y mobiliario para el mercado europeo. Tiene una serie de productos de su autoría para el mercado internacional como la mesa rodante “Dino” con distribución y ventas en Japón, Grecia, Alemania, Francia, Italia y España. “Dino” fue premiada como la mejor pieza de diseño en la feria internacional del mueble Salone del Mobile 1992 en Milán, Italia. Colabora con el Domus Academy Research Center en la creación de un nuevo material de plástico reciclado llamado “Neolite”, una colaboración que trajo la invitación en 1995 para exponer su trabajo en la exposición Mutant Materials in Contemporary Design, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

Comienza su trayectoria académica en 1992 invitado por el Instituto Tecnológico de Costa Rica para impartir ciclos de conferencias, seminarios y talleres al sector empresarial, enfocados en la relación entre la industria y el diseñador. Desde el año 2000 es miembro del Archivo de Diseñadores Latino-Hispanos del Cooper-Hewitt National Design Museum del Smithonian Institution en Nueva York donde imparte talleres de diseño bajo el programa educativo Design Directions, Objects for a Global Community. Desde 2002 es invitado como profesor de diseño por el Tec de Monterrey, campus Monterrey y desde 2012, como profesor y Líder Académico por el TEC de Monterrey, campus Puebla para ofrecer el Curso de Actualización en las Disciplinas (CADI), educando profesores en México. Ha sido profesor de diseño en diversas universidades de Puerto Rico como la Universidad Interamericana y actualmente es profesor de diseño en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño.

Está establecido con su estudio de diseño, escultura y arte textil en Puerto Rico donde gana el primer premio en la categoría de escultura de la IV Bienal de Arte organizada por el Chase Manhattan Bank. Desde 2001 participa en múltiples ediciones de La Gran Subasta del Museo de Arte de Puerto Rico exponiendo sus obras de mobiliario escultórico y sus obras de arte textil. El Museo de Arte de Puerto Rico cuenta con piezas de su autoría como las barandas de balcones y escaleras, las tarjas de auspicio, el podio y diversas luminarias. En 2004 exhibe sus proyectos de diseño en la exhibición retrospectiva “El Espacio del Objeto” y en 2017 exhibe su obra textil en la exhibición 99+1 en la Galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón. En 2007 fue seleccionado como artista independiente para exponer su obra escultórica en la sección “Solo” de la feria de arte Circa 07. El mismo año, el MAPR le comisiona el diseño y la fabricación de las figuras de madera “Omix Factum” que sirven de punto de partida para las obras de 35 artistas de diversas disciplinas en La Gran Subasta del Museo de Arte de Puerto Rico. Además de trabajar en diseños comisionados, cuenta con una variada línea de diseños de muebles y productos de su autoría. Mantiene una activa participación en un sinnúmero de proyectos para clientes privados, interioristas, arquitectos y agencias publicitarias. Ofrece también consultaría y recibe comisiones de diseño, escultura y arte textil por parte de prestigiosas instituciones comerciales y culturales.

En 2008 comienza el diseño y desarrollo de productos para el mercado de deportes extremos con la introducción del Mountain Rider. Andrés Salas se encuentra creando obras de arte en gran formato, tejidas en fibras y materiales textiles que combinan múltiples disciplinas con técnicas milenarias y materiales modernos.

Visita su trabajo en Facebook
andressalas.art@gmail.com

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