Ciudad Reactiva: una mirada crítica al espacio público en Caracas

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«V.I.P. El lugar especial del olvido». Ciudad Reactiva.

La ciudad de Caracas cumple 450 años. Un grupo de arquitectos miembros de la Fundación Espacio y de la Universidad Central de Venezuela promueven un poderoso proyecto llamado CCSCity450, donde el espacio público en la ciudad es el centro de intervenciones urbanas y acciones culturales. Un propuesta que utiliza el diseño, la arquitectura y el arte para activar los espacios públicos de una ciudad que parece haber sufrido los embates de un maremoto sin agua. Una ciudad golpeada en el sustrato de sus espacios habitables y en las tramas de lo intangible que crean los ciudadanos de un país.

En el marco del evento Tres Miradas a Caracas y el Concurso de  CCSCity450 el proyecto colectivo Ciudad Reactiva conformado por Alba Izaguirre, Marx Avendaño, Ricardo Sanz y Rodrigo Marín Briceño, se sumó a la convocatoria con el diseño y construcción de una pareja de dispositivos llamados Oko y Mirino que reinterpretan el acto de mirar, a través de un juego de reflejos que cuestionan nuestra percepción de la realidad.

También, este grupo de arquitectos, profesionales y docentes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, son los responsables del proyecto V.I.P., una intervención aguda y potente sobre el río Güaire que fácilmente podría conectar con cualquier venezolano que lleva en su memoria el color maloliente de este cuerpo de agua en la ciudad de Caracas.

El diseño atraviesa las propuestas que mueven los átomos, las ideas, las personas y las ciudades. Las respuestas de diseño que activan una reflexión sobre algún tema en particular, en algunos ámbitos bajo la etiqueta de ‘diseño crítico’, utilizan la potencia de una manifestación tridimensional y comunicativa para conectarse con la gente. Nos interesa saber como la forma continúa siendo fundamental en el diseño y no una mera representación de algo superior. Nos interesa recorrer la información que surge de las formas y de sus consecuencias: de su uso, de la interacción, de los procesos de producción, de la comunicación, de la empatía.

Para conocer un poco más sobre estas propuestas conversamos con el equipo de Ciudad Reactiva, de quienes sabemos trabajan en las intersecciones del diseño, el arte y la arquitectura:

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«Oko y Mirino son como personajes de una prosopopeya urbana». «Mirino está compuesto por una caja cónica cuyo interior se recubre de espejos, formando un caleidoscopio que multiplica e invierte la imagen del lugar y de los espectadores que son parte fundamental de la puesta en escena en el paisaje». Ciudad Reactiva.

Con tantos escenarios críticos que se que viven en la ciudad, en todos sus estratos y sectores, ¿por qué deciden tomar el camino de la observación y la reflexión en lugar de acciones en el ámbito de la solución de problemas o del trabajo en/con las comunidades?

La orientación del concurso del cual son originarias las piezas, planteaba la elaboración de propuestas que potenciarán la presencia de ciertos edificios y sus respectivos contextos en la ciudad. Siendo así, la elección de acciones y fenómenos como la observación y la reflexión fue una estrategia para evidenciar la cualidad de lo ya existente. Recursos, pues, convertidos en motivos para dotar a los dispositivos de una cualidad lúdica con la que la gente pudiese empatizar.

El hecho de que no hayan sido concebidos a partir de una visión utilitaria pragmática, no significa que no cumplan función alguna. Pudiéramos inclusive decir que las piezas carecen de una utilidad específica para resolver de manera concreta algún tema crítico de la ciudad. Sin embargo, la ausencia de observación y de reflexión es quizás uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. Es por esto, que las piezas han sido pensadas para actuar como detonantes de una interacción del individuo con su entorno, sugiriendo a partir de ese intercambio, sus posibilidades. Es parte del trabajo.

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«En esta relación mal llevada, El Güaire ha sido obviado por el desarrollo y las dinámicas propias de la ciudad. Convertido en vertedero de cloacas, triste porvenir, es recurso subestimado que nos hemos propuesto cuestionar desde V.I.P., una obra cuyo discurso invita a reflexionar sobre la condición del río Güaire en Caracas, y que evidencia las contradicciones de un espacio público que tenemos pero que hemos desatendido». Ciudad Reactiva.
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«Se trata de una instalación urbana construida para asomarse sobre él. Es pues, una ruptura discursiva que trasciende el quehacer pragmático de un puente o de una viga que sujeta instalaciones. No es tampoco una valla que anuncia un destino, ni un árbol cuyos frutos tamizan su olor; es una silla. Es un asiento vacío, que en considerable esfuerzo se proyecta desde uno de sus bordes, siete metros hacia el centro de su cauce». Ciudad Reactiva.

El proyecto V.I.P. se vale de las formas utilitarias y la estructura para crear un singular espacio de reflexión en ciertos espacios urbanos de Caracas completamente olvidados, descuidados. ¿Qué otros lugares, si no todos, han pensado en la ciudad que se podrían repetir este tipo de intervenciones?

V.I.P. es una instalación de denuncia, que atrae por el hecho de extender sobre el río el soporte de una silla vacía. Es un esfuerzo estructural, productivo y logístico que aborda desde lo poético, los temas de la desidia y de los prejuicios. V.I.P. ocupa un espacio casi insignificante en relación con las dimensiones del río Güaire, pero nos gusta pensar que puede estimular a la ciudadanía a reflexionar sobre su condición, más desde la propuesta que desde la crítica desmovilizada.

Nos parece necesario contravenir la fórmula de ‘‘primero un río limpio’’, para poder comenzar a actuar sobre este tema. Efectivamente, es muy posible que haya que ocupar de su territorio para comenzar verdaderamente a observarlo. Creemos en la posibilidad de habilitar sus bordes con distintas actividades de inmediato, imaginar y elaborar planes para ello; este es el tipo de intervenciones que querríamos para esta parte de la ciudad.

En un sentido más amplio, lo que debe entenderse es que la solución de V.I.P. parte de un diálogo directo con el río y sus circunstancias. Por lo tanto, lo que pudiera rescatarse, más que su forma, es la actitud de atreverse a transgredir con compromiso y sentimiento las realidades que nos atan y que a su vez nos necesitan. Por consiguiente, la ciudad toda será el escenario de intervenciones como esta, que hablaran, cada una desde un diálogo específico con el lugar, un discurso propio.

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«Estos aparatos lúdicos plantean una serie de interacciones entre el mundo construido y el imaginario de sus habitantes; Oko y Mirino no son sólo objetos de carácter estético contemplativo, sino instrumentos que permiten dialogar con la ciudad y generar un pensamiento reflexivo sobre ella, incentivando a través de la observación, una revalorización de nuestro patrimonio y la activación del espacio público».

Oko y Mirino parecen formar parte de una colección de especies urbanas para el diálogo con la ciudad. ¿Cómo ha sido la respuesta de quienes los han usado, de quienes los ven por primera vez?

Muchas de las personas que se han acercado con curiosidad, preguntan si poseen una función específica; otros han pensado inclusive que se trata de instrumentos de medición topográfica. Buscan un uso, sin darse cuenta quizás de que la capacidad de cambiar nuestra visión puede ser más útil que otras herramientas o artefactos de nuestra cotidianidad. Es posible también que, para algunas personas, la necesidad de un cambio de perspectiva como instrumento para un cambio de sociedad, no se entienda a través del lenguaje de las piezas, aunque la conciencia sobre estas inquietudes, las manejen desde otros campos de acción.

Sin embargo, creemos que la ausencia de referencias previas y lo imprevisible de su aparición juega a favor de ellos; es un efecto de atracción derivado de un misterio sobre su origen y vocación. Es por esto, que después de aclaradas las dudas, han interactuado con los dispositivos de forma amena. Nos hemos dado cuenta de que su introducción en el entorno urbano causa en principio cierto impacto, que se traduce en el disfrute de ver a través de ellos y en numerosos casos, el de registrar los reflejos de la ciudad o fotografiarse a sí mismos con los aparatos. El teléfono celular es un instrumento que favorece la acción con los dispositivos.

Algo curioso de esta experiencia es que, si alguien entiende, son los niños. Ellos ven y se asombran y no piden explicaciones.

¿Creen ustedes que las respuestas plásticas desde la arquitectura y el diseño limitan la posibilidad de incorporar otras narrativas en la reflexión, cuando se utiliza el lenguaje formal de estas disciplinas y cuando se tiene la intención de reflexionar sobre estos mismos campos?

En principio creemos que es un sí y un no en simultáneo, es una condición de ambigüedad.

Es posible que el campo de acción del diseño y de la arquitectura, recurra a instrumentos que quizás excluyen otras formas de comunicación y de producción de conocimiento. Y quizás sea cierto también, como lo denuncian algunos autores, que la pretensión del genio creativo que todo lo justifica ha llevado a la arquitectura a marginarse de otras disciplinas. Como reacción a lo previo, pareciera existir desde la contemporaneidad, un esfuerzo integrador, un retorno a la síntesis, interdisciplinariedad.

En nuestro caso, la apuesta por este tipo de objetos, pasa por la reinterpretación de ciertas imágenes referenciales que existen en los lenguajes formales tanto del diseño como de la arquitectura, en los cuales estamos interesados. Aprovechamos el campo bien definido de estas disciplinas para trabajar en el aspecto morfológico y también simbólico de las piezas. Esta parece ser, efectivamente, una noción cerrada del trabajo.

Pero, por otro lado, nos ha interesado que la propuesta genere un tipo de relación abierta con los participantes, donde pueden construirse las diversas narrativas desde la experiencia del usuario en su interacción con las piezas. Esto nos aproxima a un ámbito relacional del arte, en el que la concepción de unos objetos atractivos que invitan a ver, percibir y pensar sobre la ciudad, ofrecen justamente una oportunidad para abrir e integrar.

En el fondo, el discurso plástico del diseño y de la arquitectura, aunque no necesariamente se comprenda a priori, apunta más a despertar una sensibilidad con la que muchos pueden sentirse identificados. Los caminos más concretos hacia la solución de problemas tienen su génesis muchas veces en los impulsos más genuinos de la emocionalidad.

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« Oko y Mirino. Diseñar la ciudad a otras escalas, es minimizar el letargo de las expectativas». Ciudad Reactiva.

Algo más instrumental, no menos importante, especialmente porque durante muchos años fabricamos objetos y productos en Venezuela, en otra Venezuela. ¿Cuánto tiempo duró el proyecto de las tres piezas? ¿Fueron pensadas en paralelo? ¿Dónde las construyeron?

Las tres piezas fueron pensadas en paralelo en la etapa de proyecto, pues fueron presentadas de manera conjunta al equipo de Ccscity 450, quienes fueron los promotores de toda esta iniciativa. Es posible que esta fase haya ocurrido en unas tres sesiones de trabajo intensivo distribuidas en un mes.

Luego, ante la presión de los tiempos y fechas de los eventos, la fabricación inició simultáneamente en tres talleres de herrería distintos, todos ubicados en el sector de filas de Mariche. Los dispositivos Oko y Mirino fueron ejecutados fielmente al proyecto en 8 días.

V.I.P. tuvo que ser reformulada en taller porque la hipótesis inicial de fabricación no había contemplado las especificidades de poner una estructura que se proyecta en el Guaire. Al principio era una estructura rígida completamente soldada que hubiera requerido de una grúa para instalarse, lo que hubiese representado un costo desproporcionado con respecto a la modesta inversión para una escultura hecha con cabillas.

Finalmente, se tomó la decisión de hacerla con nodos articulados para que pudiese armarse acostada sobre la acera, y luego llevarse, mediante un efecto de rotación y traslación, hasta la posición deseada. Bastó un mecate grueso amarrado al parachoques de una pick-up y un grupo de gente terca para poner la silla en su sitio, hasta que la guaya asumió la carga de todo lo previo.

Información

Alba Izaguirre @izaguirrealba
Marx Avendaño @marxavendano
Ricardo Sanz @ricardosanzs
Rodrigo Marín Briceño @rodrigomarinbriceno

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