Abrir una puerta: interfaces cotidianas o formas brutas

Un concepto que aborda la comunicación de la función en puertas.

Muchas veces hemos intentado, o hemos visto que alguien más lo hace, abrir una puerta pensando que el movimiento que debemos hacer es de empujar y resulta ser todo lo contrario. En una fracción de segundos nos percatamos que la operación no era la correcta. Esa información no la proporciona casi ningún diseño de puertas. Hay un descuido evidente en la comunicación de la función. Casi nunca sabemos si la puerta abre hacia dentro o hacia afuera, y mucho menos si alguien del otro lado está en la misma situación.

Las manillas y tiradores de puertas son un concepto simple, pero no tan simple que no necesite de instrucciones. Siempre nos encontramos con alguna puerta que tiene este problema, especialmente en lugares de uso público como instituciones bancarias o en flamantes edificios de oficinas. Algunas de ellas fabricadas con costosos cristales blindados y de escalas sorprendentes, pero totalmente incapaces de indicar por la forma, si la puerta abre hacia dentro o hacia afuera. Aparecen entonces los auxilios en forma de señalización: “hale y empuje

Aquí hay una propuesta. Un concepto, del estudiante coreano Jeon Soo Hwan del Samsung Art & Design Institute (SADI), llamado “PUSH & PULL“: por el lado de la puerta donde se empuja se pone una placa-interruptor, y por el lado, en que se debe tirar, se instala una manilla o un picaporte. De esta forma el seguro de la puerta se libera y esta se abre en la única dirección posible.

Esta búsqueda de conectar la forma de los productos con un sentido y propósito no es nada nueva.  A finales de la década de los ochenta aparecía en la escena un nuevo término, acuñado por Klaus KrippendorfReinhart Butter, Product Semantics (Semántica de Producto), ayudando a definir el sentido de la información transferida por los diseñadores, a través de formas, a un producto. Todo indicaba que la semántica de producto no era que “la forma sigue la función”, sino que  “la forma sigue el sentido”. Esta nueva manera de ver los productos encontraba una dirección para dimensionar las variables estéticas y su conexión con la tecnología. Hoy, este concepto ha evolucionado hacia la Teleosemantics: teorías de la información en la investigación genética.

Por su parte, el conocido profesor Donald A. Norman, de la University of California ha abordado específicamente este ejemplo de productos donde la forma no comunica su función. Este cognoscitivista especializado en la ingeniería de la usabilidad, describe en su libro The Design of Everyday Things (El diseño de las cosas cotidianas), como este fenómeno está conectado con algunos principios de diseño que se le deben proporcionar a los objetos. Entre otras cosas visibilidad y un buen modelo conceptual.

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  1. @moisesp dice:

    Esa inteligencia para que ”la forma sigue al sentido” creo que está más vinculado, como la “usabilidad”, a una Pragmática del Producto que a una Semántica.

    La Semántica se refiriría en todo caso a posibles significados e interpretaciones que una puerta cerrada o abierta tiene como símbolo de la relación que esa empresa o persona quiere establecer con su entorno (cerrada podría significar miedo, aislamiento, intolerancia, etc., mientras que abierta podría ser alegría, seguridad, integración, etc.).

    La puerta hecha para que su uso sea “intuitivo” es ejemplo de una Pragmática del Diseño: diseñada para que funcione lo mejor posible…

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