Relatos sobre el diseño industrial en Latinoamérica: 11 – Sav Ceramics, artesanos siglo XXI
“Cuando uno se aleja del bullicio del mercado, las cosas se pueden bajo una luz diferente. Mientras el tiempo pasa en la superficie podemos bucear en un lugar más tranquilo y fundamental. Allí la urgencia del comercio es arrollada por el éxtasis de las profundidades. Los diseñadores que trabajan en esa profundidad deciden adentrarse en la esencia del diseño. La forma, la estructura, las ideas y los materiales se convierten en objeto de estudio”.
(Brenda Laurel, 2013, p. 13)
Sav Ceramics es el emprendimiento de diseño y fabricación de productos cerámicos que desde 2016 llevan adelante Sabrina Vasulka (FADU-UBA) y Nahuel Hernando (UNLP), ambos diseñadores industriales.
Previamente, Sabrina y Nahuel trabajaban juntos en la misma empresa, dedicada al diseño y desarrollo de P.O.P (Point Of Purchase). Sabrina formaba parte junto a otros colegas del Departamento de Diseño, y Nahuel trabajaba en el Área de Desarrollo, roles que aún hoy mantienen en su emprendimiento propio y que coinciden con el perfil de cada uno de ellos.
En relación con esa experiencia laboral, Sabrina comenta que: “desde el punto de vista del diseño, ir a una oficina de 9 a 17hs a estar frente a una computadora no me estimulaba para diseñar. No me representaba un desafío”.
Por otro lado, sostiene que: “yo trabajaba en una empresa en donde imperaba la urgencia por vender y resolver rápidamente los productos, independientemente de generar conceptos interesantes o resolver creativamente los problemas. Había muchas personas en la toma de decisiones, y el factor económico era el que preponderaba por sobre el resto de las variables”.
En cambio, Nahuel, se dedicaba principalmente al desarrollo de matrices de inyección de plástico, termoformado y procesos por CNC:
“El trabajo me gustaba y había desafíos técnicos como optimizar el diseño de piezas para reducir costos, o decidir sobre el diseño y desarrollo técnico de un molde, que para mí estaban buenos”.
Ambos coinciden en que había una valoración peyorativa del diseño industrial dentro de la empresa. En palabras de Nahuel: “En mi caso, trabajaba en la misma empresa que Sabrina, pero estaba en el área de desarrollo, sin embargo, el área de diseño era muy bastardeada, estaban vistos como “los que dibujaban”, e incluso tenían una remuneración inferior al resto de las áreas”.
En ese escenario de inconformidad personal y búsqueda de desafíos, tomaron la decisión de renunciar a sus respectivos trabajos con el objetivo de realizar una experiencia fuera del país, como un espacio de crecimiento personal y profesional.
Al mismo tiempo, Sabrina tenía la intención de especializarse en diseño cerámico aplicado a la industria, y luego de una intensa búsqueda, viajó a hacer una Maestría en Diseño Cerámico a la Staffordshire University[1]. Esta casa de estudios, está ubicada en Stoke-on-Trent, una pequeña ciudad en la región de Midlans, en el centro de Inglaterra, la cual cuenta con una extensa tradición ceramista, siendo protagonista durante la Revolución Industrial, y que incluso le ha concedido la etiqueta de –la capital inglesa de la cerámica-.
En ese marco institucional y formativo, Sabrina ganó una beca de financiación y mentoreo para emprendedores que tuvieran un proyecto vinculado a la cerámica, así nació Sav Ceramics, y esto explica también el porqué del nombre en inglés.
Volver
Nahuel y Sabrina comentan que la decisión de volver a la Argentina estuvo motorizada por aspectos afectivos, pero además por el deseo de “no perderse” los diversos fenómenos sociales que ocurrían hace unos años en nuestro país, vinculados por ejemplo a la expansión del movimiento feminista y las diversas conquistas que se estaban logrando en ese entonces, las cuales configuran un momento histórico único.
Sabrina expresa que: “Teníamos ganas de desarrollar el proyecto acá. Nosotros nos fuimos sabiendo que volvíamos”. En el mismo sentido, Nahuel comenta que “siendo emprendedor vos ponés toda tu energía en algo, y queríamos hacerlo desde acá”.
Cuando se analiza el trabajo de Sav Ceramics, se observa que el vínculo con el país y con la identidad de nuestra región, no sólo se refleja en los aspectos simbólicos, en el nombre de sus colecciones sino, sobre todo, en el modo de concebir y producir sus productos, y de establecer redes sociales (de carne y hueso) para que eso ocurra.
“Emprender es difícil en cualquier lado. Se da como una hermandad y una cuestión solidaria para darse una mano para resolver diferentes situaciones comunes, desde un problema técnico hasta como hacer una factura” afirma Sabrina, mientras que Nahuel agrega que: “Necesitas meterte en la red, para establecer proveedores, conocer personas, etc.”. “Nosotros llegamos a Argentina y a los 8 días ya habíamos alquilado un espacio en Laborando[2]. También recibimos ayuda de nuestras familias, lo cual hizo posible que siguiéramos con el emprendimiento. Cuando volvimos a Argentina estábamos muy afuera del mundillo del diseño. Si bien conocíamos gente, ambos habíamos trabajado siempre en relación de dependencia y de esa manera uno suele vincularse sólo con los compañeros de la empresa y se pierde un poco lo que pasa afuera”.
“Cuando uno trabaja en relación de dependencia, va a la empresa, hace su trabajo y se va. Siendo emprendedor, uno está todo el tiempo pensando en el proyecto. Además, se está más predispuesto a vincularse con otras personas, a ver qué están haciendo, compartir información, estás abierto a miles de cosas”.
Finalmente, “el mundo de la cerámica tiene la particularidad, de que hay muchos grupos y comunidades virtuales en los cuales se comparte información y experiencias sobre problemas que van surgiendo en el proceso, que más allá de lo teórico, en la práctica puede fallar”.
El mundo emprendedor
Está claro que emprender es prácticamente la antítesis de trabajar en relación de dependencia.
Isabel Campi sostiene que: “Los diseñadores independientes pueden ser más atrevidos y se renuevan con mayor facilidad porque están estrechamente en contacto con el entorno y reciben una influencia más fuerte del exterior, aunque laboralmente viven una situación más arriesgada e insegura” (Campi, 2020, p.33).
Por su parte Sabrina comenta que: “En relación de dependencia uno pone el piloto automático, porque uno sólo hace el trabajo para el que lo contrataron. En cambio cuando se emprende, además de diseñar y producir, uno debe ocuparse de la administración, financias, comunicación, planificación mensual, etc.”.
El diseñador y docente Jorge Piazza, reconoce de manera exacerbada que, en Argentina, “un porcentaje significativo del mercado está conformado por estudios de diseño que, en sus palabras, no saben presupuestar, no saben delegar, no planifican estrategias, no tienen objetivos, no conceptualizan un servicio, no conocen el concepto de ganancia, no reconocen un mercado, no sistematizan procesos, no saben vender, entre muchas otras falencias referidas a su gestión”.
Sabrina en clave autocrítica dice que: “Nosotros no estamos muy formados en lo que es planificación de ventas y comercialización. Nos quedamos mucho en el producto. Si bien, hay personas que tal vez les cuesta menos vender sus productos y venderse a ellos mismos, a nosotros nos costó mucho y reconocemos que es nuestra pata flaca”.
Por su parte, otros autores sostienen que “La primera empresa que debemos organizar es nuestra propia vida” (Pallares et al. 2005, p. 40). Para afrontar estas limitaciones, Sabrina y Nahuel actualmente están trabajando junto a un asesor (Víctor Jablonka), que actúa -como dicen ellos-, como un “psicólogo del emprendimiento”. No sólo se encarga de asesorarlos en cuestiones financieras y de negocio, sino que es crucial para pensar de manera estratégica el rumbo del emprendimiento y las posibles formas de expansión a futuro y para mantenerlos activos en el día a día.
“Al trabajar en una empresa grande, el presupuesto es otro, las tecnologías son otras la espalda que tenés es otra. Pero por el otro lado, trabajando de manera independiente, nos surgieron un montón de proyectos que de otra manera hubiesen sido imposibles de hacer. Por ejemplo, nos invitaron a hacer una residencia en China y pudimos administrar nuestro tiempo para ir y lo hicimos” (Nahuel).
Además, agrega que de esta manera: “Surgen trabajos en colaboración. Por ejemplo, hicimos trabajos en conjunto con una ceramista que trabaja con torno alfarero. Ella tenía una demanda puntual para un restaurante, y trabajando en conjunto logramos un producto muy bueno”.
“Tenemos nuestros productos, y tenemos algunas marcas que se contactaron con nosotros para producir sus piezas. Nos han convocado para copiar productos ya existentes y obviamente dijimos que no, pero si hay un buen producto y nos interesa el desafío del proyecto le damos para adelante”.
Como reflexión final, Nahuel manifiesta que: “Hay días muy difíciles porque tenés que hacer todo, pero la satisfacción es muy grande cuando salen bien las cosas. Cuando uno decide sobre el diseño, sobre lo que va y lo que no va, y ve la conjunción de las decisiones que uno toma, da mucho placer”. Por otro lado, “también hay fracasos que son parte del desarrollo, que también hace que cuando eso se supera sea muy satisfactorio”.
Susan Stewart lo expresa de la siguiente manera: “El profundo placer experimentado por la/el diseñador/a en el florecimiento o desenvolvimiento de conjunciones y efectos materiales felices, y en el reconocimiento encarnado de lo que es tanto adecuado como transformador en relación con el contexto material en cuestión” (Susan Stewart, 2015, p. 275).
Por su parte Rosario Bernatene sostiene que:
Al trabajar solo o iniciar una pequeña asociación, el emprendedor se tiene que pagar la jubilación, no hay sueldo fijo a fin de mes, si tiene obra social es porque se la puede pagar por sí mismo, en fin, hay seguridades de las cuales la persona se desprende. Pero también esa persona sabe que es el artífice de su propio destino y que las cosas salgan bien dependen en gran parte de él. Esta circunstancia, otorga un sentimiento de libertad y autonomía que alimenta la autoestima personal. (Bernatene et al., 2009, p. 23).
Artesanos Siglo XXI.
En el imaginario colectivo, es muy fuerte la asociación que existe entre la cerámica y el trabajo artesanal/artístico. Incluso, las particularidades de este material y los procesos que permiten su transformación le imprimen un grado de impredecibilidad considerable y flota una leve incertidumbre cada vez que se abre el horno para extraer las piezas finales. Nos referimos por ejemplo al elevado índice de contracción que tiene el material que ellos utilizan (gres), que oscila entre el 14 al 20%, como así también, la heterogeneidad de componentes que conforman a este material y su variabilidad entre en una serie y otra.
Nahuel comenta que: “El proceso de colada de barbotina, es un proceso que consta de muchos pasos, y cuyo resultado final no está exento de fallas hasta el momento en que se extrae la pieza del horno de cocción”.
Sin embargo, ellos se definen como una especie de “Artesanos Siglo XXI”.
En su página web, lo manifiestan del siguiente modo: “somos diseñadores industriales que utilizamos la cerámica combinado con nuevas tecnologías, como la impresión 3D y las tecnología CNC”.
En ese sentido, Sabrina sostiene que: “Creo que la diferencia entre nosotros (los diseñadores industriales) con un ceramista tradicional, es que ellos lo piensan desde el material y nosotros desde el producto”.
Además, si bien siempre se busca sistematizar procesos y sumar nuevas tecnologías “El oficio también interfiere en el desarrollo del proyecto, ya que al ser un oficio en el que interviene la manufactura, es difícil delegar tareas y uno termina haciendo todo”.
“Por otro lado, el hecho de ser un emprendimiento de producto físico, aún en el siglo XXI también tiene sus condicionantes respecto a emprendimientos digitales o de productos bidimensionales en los cuales la exportación no es un problema y con un solo clic tu producto puede viajar a cualquier parte del mundo”.
A partir de esta situación y del trabajo en conjunto con su asesor, incorporaron una nueva unidad de negocio, basada en cursos virtuales sobre el proceso de colada de barbotina y desarrollo de productos cerámicos.
Fruto de construir confianza a través de la experiencia adquirida y como dice Nahuel, de observar que “cuando íbamos a dar charlas a universidades y dialogábamos con colegas, nos dimos cuenta de que para las preguntas que nos hacían, siempre teníamos una respuesta o una experiencia similar que nos había pasado durante la experimentación en nuestro taller”. De algún modo, el animarse a dar cursos, refleja la puesta en valor de ese recurso y de ese saber hacer que hasta el momento tenía un valor hacia adentro del emprendimiento. Además, fortalece esa idea de generar vínculos dentro de la red en la cual “uno está inmerso casi sin darse cuenta”.
Dentro de esa red, surgen intercambios de experiencias, recursos, saberes y servicios, que lejos de regirse por un principio de intercambiabilidad monetario o especulativo, se basa en un sentimiento compartido y un sentido de pertenencia que posiciona al emprendedorismo en un discurso alternativo al que predomina frecuentemente y del cual hemos hablado en el artículo “La permeabilidad del diseño el diseñador industrial emprendedor como agente de integración de disciplinas y saberes”[3].
Diseñar en dos niveles
Ricardo Piglia[4] decía que los cuentos siempre cuentan dos historias: una explícita (lo dicho) y una implícita (lo no dicho), y justamente la segunda, era más importante que la primera.
Siguiendo esta línea argumental, cuando uno observa los productos desarrollados por Sav Ceramics, generan un disfrute en al menos dos niveles: En primer lugar, un disfrute subjetivo y goce individual como objeto de uso y portador de significado para los usuarios que lo eligen.
“Hoy por hoy nos parece rarísimo que gente que no conocemos compre nuestros productos, comparta fotos en sus redes sociales e incluso, hayan decidido comprarlo mediante un sistema de preventa, es decir, confiaron en que íbamos a poder entregarles algo que todavía no existía”.
En segundo lugar, genera una valoración que podríamos decir “intelectual” para la comunidad de diseñadores, los cuales cuentan con la capacidad de recorrer retrospectivamente la serie de decisiones y procesos que definieron la forma de ese producto con lenguaje propio y desfachatado, desapegado de los mandatos formales y procesales de la cerámica tradicional. Esto, los llevó por ejemplo a que su colección de tazas Mándala, los cuencos Transiciones y la colección Andes obtuvieron el Sello de Buen diseño argentino.
Dicho de otro modo, genera un disfrute que está dado por la comprensión de la complejidad que hay en cada producto, en el diseño de su moldería (partición), en la terminación superficial y las transiciones morfológicas de sus productos (la presencia de las aristas bien definidas), en la coherencia en el proceso de diseño, y en la apropiación de un terreno que antes parecía exclusivo del enfoque artesanal.
Comentarios finales
Quedó claro que los Sav Ceramics son dos obsesivos de la cerámica y que han logrado, de manera inteligente y desprejuiciada, poner en diálogo lo mejor de los dos mundos: el artesanal y el industrial.
Por otro lado, es interesante tomar el ejemplo de que existen formas de emprender que permiten establecer vínculos humanos y redes de habilidades que potencian el accionar colectivo, y que utilizan el diseño industrial para llevar a cabo el proyecto vital de las personas. De esta manera, se generan otras formas de hacer las cosas, se logra una valoración real del diseño y se les imprime a los emprendimientos una temporalidad que se escapa de la urgencia que tienen con frecuencia las grandes empresas. Así, se establecen narrativas divergentes para habitar el mundo y que de algún modo se traducen en una sensación de autonomía y mayor disfrute en el hacer.
Por último, este caso deja en claro que el ecosistema emprendedor es un dispositivo del cual los diseñadores podemos hacer uso para concretar nuestros proyectos y de esta manera se amplía el campo de oportunidades para iniciar emprendimientos. El acceso a una beca, la validación del Sello de Buen Diseño, la vinculación con otros emprendedores y “makers” en un espacio de coworking, etc., son resultado de una vinculación activa con los actores e instituciones que están a disposición para cualquier diseñador y que permiten que emprender no sea una opción disponible solo para aquellos que cuentan con un capital social y riqueza parental considerable.
Referencias
Bernatene, M. del R., Molinari, G. E., Muraca, T. E., Ungaro, P. M., &Canale, G. J.
(2009). Vivir con un emprendimiento. Indicadores para la evaluación integral de áreas administrativas, de relaciones laborales, diseño producción y desarrollo local .
La Plata: Universidad Nacional de La Plata.
Campi, I. (2020). ¿ Qué es el diseño? Editorial Gustavo Gili.
Laurel, Brenda, ed. 2003. Design Research. Methods and Perspectives. Cambridge: MIT Press.
Pallares, Z., Romero, D. & Herrera, M. (2005) Hacer empresa un reto. Bogotá: Fondo editorial nueva empresa.
Piazza, J. (2013). Distancias entre la educación y la vida profesional: La gestión. https://jorgepiazza.wordpress.com/2013/09/04/distancias-entre-la-educacion-y-la-vida-profesional-la-gestion-primera-parte/
Stewart, Susan. 2015. “And So To Another Setting…” En T. Fry, C. Dilnot, and S. Stewart, Design and the Question of History, pp. 275-301.
[1] Maestría: https://www.staffs.ac.uk/course/ceramics-ma
[2] Sitio Web: https://www.laborando.com.ar/
[3] Disponible en: https://www.artyhum.com/revista/77/#p=50
[4] Disponible en: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/T_s_cuento.pdf
Información
Sav Ceramics
ww.savceramics.com