Seis relatos sobre el diseño industrial en Latinoamérica: 06 – Diseño Emprendedor y Estado

RELATO 6: Martín Esteban Gutiérrez, Diseño Emprendedor y Estado.

Licenciado en Administración, actualmente es Gerente de Administración y Finanzas en Agencia Nacional de Noticias Télam. Tiene extensa experiencia en la gestión pública como Director de Contabilidad y Servicios Auxiliares en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación de la Provincia de Buenos Aires.

Estrategias de vinculación

El relato de Martín, tiene un peso específico que está dado por haber cumplido diversos roles dentro del ecosistema emprendedor de la provincia de Buenos Aires que merecen ser nombrados para comprender desde qué perspectiva formó su opinión en relación al diseño industrial. Como Director Contable del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (2016 – 2019), se vinculó con diseñadores industriales que buscaban convertirse en proveedores de productos y servicios del Estado provincial, y allí pudo analizar el modo en que los diseñadores presentan sus propuestas de diseño, sus potencialidades y sus falencias. Por otro lado, es mentor (asistencia técnica) en Usina de Ideas (espacio de coworking de la FCE de la UNLP) espacio que le permite vincularse con emprendedores en etapa temprana. Y en tercer lugar, es emprendedor, siendo el fundador de la empresa LUPACAN, lo cual le permite vivir en carne propia, la experiencia de llevar adelante un proyecto propio con todo lo que eso implica.

Ecosistema emprendedor

Un primer acercamiento a este concepto es el que proponen Mason y Brown (2014), los cuales entienden al EE como «el conjunto de actores, factores y procesos interconectados en una región geográfica específica que de manera formal o informal se conectan, arbitran y gobiernan el ambiente emprendedor local, con el fin de fomentar el espíritu, la innovación y el crecimiento empresarial determinando la creación de empresas innovadoras y de rápido crecimiento»

Esta definición, al igual que la de Thomas y Autio (2019), pone en relevancia las relaciones informales que se establecen entre los actores, las cuales son claves para comprender el funcionamiento real del ecosistema (Spigel et al, 2020), y representan una de las principales singularidades que tienen este modelo de innovación respecto a los predecesores como fueron los modelos regionales de innovación, los clusters productivos, etc.

Es importante comprender esto porque, a lo largo de la charla, Martín menciona y desarrolla ciertas dinámicas informales del funcionamiento del Estado, y pone en relevancia por ejemplo, la importancia de la red de contactos de los diseñadores emprendedores, la confianza interpersonal para lograr que estos proyectos se concreten, y la actitud proactiva de los mismos, más allá de los pasos burocráticos que deben llevarse a cabo para lograr este tipo de vinculaciones.

En relación a esto, traemos a colación la noción de ‘futurabilidad’ propuesta por Berardi el autor plantea que «la ‘futurabilidad’ es una capa de posibilidades que pueden evolucionar o no para convertirse en realidades» (2019:13). El potencial aplicativo que encontramos en este concepto, es que los diseñadores de algún modo, configuran futuro a partir de las herramientas y condiciones que impone el presente, y parte de su habilidad para lograr materializar sus proyectos, está dada por su capacidad de leer entre líneas estas condiciones de posibilidad que repercuten en el proyecto y que permiten o no que se transformen en realidades. A lo largo de esta entrevista, queda en claro que muchas de las amenazas que tienen los proyectos, son ajenas al campo del diseño y se vinculan a aspectos en este caso, propios del funcionamiento del Estado y los actores que intervienen.

Entre estos factores, se mencionan: la urgencia resolutiva que exigen algunos proyectos, las preferencias e incluso «los caprichos personales de algunos funcionarios» en relación a los diseños solicitados, el sistema decisorio y las secuencias formales que implica la selección de proveedores en el Estado, por citar solo algunos.

Este escenario plantea la necesidad de que los diseñadores logren ver a estas condiciones con posibilidades, como lo que son: condiciones, y no como factores que buscan oponerse a un diseño planteado, o que buscan conspirar contra ´la idea del diseñador´ o coartar su creatividad.  En palabras de Martín:

«Cuando los diseñadores acercan un propuesta al Estado deben tener en cuenta tres cosas: 1) el alcance de la cantidad de beneficiarios 2) el costo de la propuesta (cuanto más barato sea y mayor impacto tenga, mejor) 3) la foto que se va a sacar el funcionario de turno con eso»

Por momentos, su sinceridad incomoda, y deja a luz, la complejidad que implica vincularse con este comitente, y pensar además el impacto político del diseño.

«El que llega perfecto, llega tarde»

Martín menciona, que un rasgo común que detectó en su vinculación con los diseñadores, es la incapacidad de resolver lo que podríamos denominar un ´producto mínimo viable´. Es decir, la tendencia de los diseñadores de diseñar “hasta el último detalle” de sus productos, incluso en instancias de proyecto, muchas veces hace que sus proyectos sean perfectos desde el punto de vista proyectual,  pero intempestivos, es decir, fuera de tiempo desde la perspectiva política y de aplicación real .

Este es uno de los aspectos que destaca el entrevistado constantemente, e invita a que los diseñadores hagan el ejercicio de comprender siempre la ´intención del diseño´ que se les está solicitando.

Golpear puertas y confiar en el diseño

En relación a la confianza colectiva e individual de los diseñadores emprendedores, Martín comenta que «los diseñadores industriales tienen que creérsela más, y entender que le pueden competir a cualquier, incluso pueden ser más dinámicos que aquellas empresas ya establecidas»

Además de generar motivación, y evidenciar la falta de confianza que tienen los diseñadores emprendedores, se hace hincapié en la idea de que la pequeña escala del emprendedor puede ser vista como algo negativo, pero a la vez puede poseer ventajas.

Como aspecto negativo, debemos mencionar, que los emprendedores que desean convertirse en proveedores del Estado, deben afrontar una estrategia de financiación de esos trabajos, ya que los trámites administrativos vinculados a los pagos suelen demorar hasta 90 días, y llevan asociados para el emprendedor una inversión significativa. En ese sentido Martín recomienda realizar alianzas estratégicas con familiares, amigos, inversores, colegas, etc., lo cual deja evidenciada la alta dependencia que tiene el emprendedurismo del capital social disponible por cada emprendedor.

«Hay trabajos que incluso se hacen y no generan ganancias económicas, pero permiten al emprendedor posicionarse y establecer un vínculo a largo plazo con el Estado, ya que si el trabajo estuvo bien realizado, es muy probable que los vuelvan a llamar»

Como aspecto positivo, del emprendedurismo, podemos decir que la innovación es un fenómeno social en el cual intervienen actores de diversas escalas y lo interesante es su vinculación.

Martín afirma que: «Las pretensiones de una empresa más grande a veces son mayores que las que pueden manejar los emprendedores, debido a los costos que éstas tienen para mantener esas estructuras»

En el caso de los emprendedores y las empresas u organizaciones ya establecidas, se da una analogía similar a la de la polinización cruzada y la función que cumplen los árboles y las abejas. En este caso, las organizaciones ya establecidas, son los árboles, los cuales tienen raíces firmes, gran tamaño y su crecimiento es lento pero constante. Del otro lado, se encuentran las abejas (los emprendedores), ágiles, con libertad de movimiento y con la capacidad de desplazarse de un lugar a otro para generar la ya mencionada polinización (Echeverria, 2012).

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